Pingüinos al sol

Además, la meteorología parece querer ayudar a todos aquellos que han recorrido miles de kilómetros a llevarse un buen sabor de boca de la última fiesta en Puente Duero. Ayer, el sol no se quiso perder la cita y se asomaba desde los primeros minutos entre las ramas de los pinos para sorpresa de los asistentes que, extrañados, aseguraban que «con tanto calor, esto no parece Pingüinos» . Desde la propia organización apuntaban que están «encantados» con el buen tiempo y reconocen que puede suponer «un fuerte empujón» en el número de inscritos de última hora.

Quien no esperó a la meteorología para poner rumbo al frondoso pinar fue Christian de Rochefort . Este francés «de corazón español» llegó con seis días de antelación a tierras castellanas. «Me lo autoimpuse como castigo después de dos años sin venir», reconoce, antes de recordar que ha visto pasar ante sus ojos 27 ediciones de Pingüinos. De Rochefort, apodado «El Patriarca», alaba la gran evolución de la cita y destaca la erradicación «del salvajismo». Por la «Plaza Mayor» de la sede, que ayer ya calentaba motores, también se dejaban ver «aprendices» como Alicia, de 5 años , que acude por segunda vez a la concentración. Los padres de la menor reconocieron que la pequeña había «hecho pellas» para poder asistir con su moto de juguete: «Nos insistió mucho en que quería venir y no se lo podíamos negar», apuntaron sus progenitores.

Y como en cualquier ciudad, las tiendas y establecimientos de comida se convierten en un punto neurálgico para aquellos que circulan bajo la bandera de las dos ruedas. Dévora, dependienta de la tienda «Kamisutra», espera que la tendencia en ventas de los dos últimos años se mantenga en este 2014. «El pingüino de peluche es el líder en ventas», señala. Marco, por su parte, ha llegado desde Girona con su puesto de comida a la brasa para que los moteros recarguen energías. Al igual que Dévora, reconoce que la competencia entre los distintos locales «es muy sana».

«Cambio totalmente absurdo»

Ayer fue el día de inauguración y por la campa se pasaron el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva , y la concejala de Cultura y Turismo, Mercedes Cantalapiedra . Al igual que toda la comunidad motera, De la Riva habló del cambio de sede para la próxima edición, que calificó de «totalmente absurdo». No obstante, apuntó a la zona arbolada de las antiguas pistas de hípica de Caballería como posible enclave para 2015 por tener una «protección ambiental menor», pero insistió en que habrá que realizar «costosas inversiones», ya hechas en Puente Duero.

El regidor municipal pidió «mucha precaución» en los desplazamientos e invitó a los «pingüinos» a «disfrutar mucho» de la fiesta. Por su parte, el presidente del club organizador Turismoto, Mariano Parellada , resalto la importancia de «un evento mundial y sin fronteras».