Zelenski pide a Starmer que le deje usar los misiles británicos contra objetivos en Rusia

Las aspiraciones de Kiev pueden llegar a buen puerto si se dan algunas condiciones clave, dice el mandatario ucraniano. Lo primero es debilitar a Rusia en el frente de batalla. Y en Kiev creen que la manera más efectiva de hacerlo es golpear en el interior del territorio ruso. Las autoridades ucranianas han emprendido una campaña pública para conseguir que los aliados levanten las restricciones sobre el uso de las armas occidentales más allá de la frontera, especialmente con los misiles de largo alcance. Ucrania ya ataca posiciones del enemigo en la zona que está circunscrita a la linde común. Pero lo consideran insuficiente. Por eso, el propio Zelenski ha tratado este tema durante su visita oficial al Reino Unido este viernes. El presidente ucraniano aprovechó su encuentro con el primer ministro británico, Keir Starmer, para pedirle que autorice los ataques dentro de Rusia y así «demuestre su liderazgo» en esta cuestión.

Otra de las claves que podrían dar más protagonismo a la vía diplomática es que Ucrania tenga una posición de ventaja sobre Rusia en una eventual mesa de negociaciones. Esta ventaja, para que sea efectiva, tiene que reflejarse en el frente. El jefe de Estado de Ucrania está convencido de que además se necesitará presionar a Moscú para que sea parte de las conversaciones. Los funcionarios ucranianos quieren organizar una segunda cumbre de paz con la participación de representantes de Rusia -sería la primera vez que ambas partes se reunen desde las fallidas conversaciones de Turquía en 2022- en el mes de noviembre, cuando se celebran las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

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La urgencia de organizar, a la mayor celeridad, otra conferencia de paz tiene que ver con los temores a una segunda presidencia del republicano Donald Trump y el recorte de los suministros militares estadounidenses. La Alianza Atlántica ha aprobado recientemente una estrategia para institucionalizar la ayuda militar a las fuerzas ucranianas y hacerla menos dependiente de Washington, que sigue siendo el principal donante de ayuda militar.

El secretario general e la OTAN, Jens Stoltenberg, ha repetido que la organización internacional mantendrá su apoyo a Kiev e insta a los socios a preparase para el peor escenario en Ucrania: una guerra que dure una década. «El mensaje principal es que cuanto más fuerte sea el apoyo a Ucrania y cuanto más tiempo estemos dispuestos a comprometernos, más pronto podrá terminar esta guerra» sentenció el secretario de la Alianza Atlántica.

La inquietud que generan los comicios en Estados Unidos hace mella también en los estados miembros de la OTAN. Algunos cuestionan su viabilidad bajo otra Administración Trump. «Creo que es importante no crear profecías auto cumplidas que supongan que una nueva administración en Estados Unidos significará el fin de la OTAN» destacó Stoltenberg.