Starmer acerca posturas entre el Reino Unido y Europa

El Brexit supuso un punto de inflexión en materia económica para el Reino Unido con una pérdida del 5 por ciento del PIB aproximadamente, marcado por un contexto de crisis entre la de suministros y la pandemia de la COVID-19.

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«No podemos permitir que los desafíos del pasado definan nuestras relaciones del futuro», ha escrito Starmer en su cuenta de X.

El nuevo primer ministro británico cumple con la promesa de reiniciar las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea. No obstante, Starmer no pretende una anexión a la comunidad como fuera en el pasado, sino la apertura de nuevas relaciones comerciales.

Durante los 14 años de gobierno 'Tory', el Reino Unido comenzó a desligarse de la Unión Europea cuando el conservador David Cameron propuso un referéndum a la ciudadanía para conocer su postura respecto al Brexit. El resultado, ligeramente a favor de la salida de la Unión Europea —51,9 por ciento—, provocó la dimisión de Cameron y abrió una nueva etapa política en el Reino Unido.

La euroescéptica Theresa May cogió el testigo de su predecesor y activó el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea para comenzar el proceso de salida de la UE. Tras ella, fue Boris Johnson quien formalizó la salida en el año 2020. Sin embargo, Johnson tuvo que dimitir por el escándalo conocido como 'Partygate', donde se destapó que celebraba fiestas privadas en la residencia oficial del primer ministro, el número 10 de Downing Street, mientras tenía a su ciudadanía confinada por la pandemia.

Liz Truss asumió el mando del Reino Unido solo por 44 días debido a la crisis política dentro del Partido Conservador, sumado a la pérdida de poder adquisitivo de los habitantes. Los tories eligieron a Rishi Sunak, exministro de economía, para tratar de capear el temporal bajo una agenda marcada por la inmigración.

Sunak, ante la caída libre de los conservadores, convocó elecciones aprovechando que la inflación dio un respiro, pero tampoco le salvó de una aplastante derrota a favor de los laboristas. Este cambio político conlleva también un cambio de parecer en el Reino Unido respecto a Europa, Keir Starmer ha sabido recoger ese hartazgo de la sociedad británica en favor de reconectar con la UE.

El nuevo premier ha aprovechado la oportunidad para mostrar su preocupación por la situación de Ucrania: «la amenaza de Rusia se extiende por toda Europa». Entiende la importancia de que el Reino Unido y la UE trabajen juntos, principalmente en materia de paz y seguridad, y añade la importancia de «reducir nuestra dependencia colectiva del gas ruso», en favor de unas energías limpias.

Starmer también ha cargado contra la inmigración ilegal, pero con un tono más laxo que su predecesor. Como ya demostró cumpliendo su promesa de que acabaría con el plan Ruanda, Starmer pretende desmarcarse de la postura 'tory', pero no ignora el marco político: «esta cumbre es una oportunidad para marcar un nuevo camino en materia de inmigración ilegal».

Definitivamente, este acercamiento de Starmer a la UE se considera generalmente positivo por parte de Europa. El Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, ha publicado en su cuenta de X que es un placer haber conocido a Starmer y ha dicho que «Europa enfrenta amenazas sin precedentes» y que esta cumbre es una gran oportunidad para «reafirmar nuestra unidad para abordar los desafíos de nuestro continente».