Reino Unido impone una línea roja a Zelenski: no usar sus misiles de largo alcance en territorio ruso

Desde el comienzo del conflicto, el Reino Unido ha proporcionado una asistencia militar significativa a Ucrania, con un total de 7.600 millones de libras esterlinas en ayuda militar dentro de los 12.500 millones comprometidos en apoyo general. Esta ayuda ha incluido desde tanques 'Challenger 2' hasta sistemas de defensa aérea, misiles antitanque y municiones. Zelenski reconoció que el Reino Unido «ha demostrado liderazgo» en su respaldo a Ucrania, afirmando que las acciones británicas han «salvado miles de vidas», pero también expresó su preocupación, al señalar que «desafortunadamente, la situación se ha debilitado recientemente». Esta declaración refleja la frustración de Kiev ante lo que percibe como una falta de voluntad por parte de sus aliados para intensificar su apoyo en un momento crítico.

Una de las principales fuentes de tensión ha sido el uso de armas de largo alcance, como los misiles 'Storm Shadow', donados por Reino Unido. Estos misiles, que tienen un alcance de más de 250 kilómetros, han sido una herramienta clave para Ucrania en su lucha contra las fuerzas rusas. Sin embargo, Londres ha impuesto estrictas restricciones sobre su uso, prohibiendo a Ucrania lanzarlos contra objetivos en territorio ruso. Según Zelenski, la capacidad de emplear misiles de largo alcance es «crucial» para sus operaciones militares. «Es crucial que nuestros socios eliminen las barreras que nos impiden debilitar las posiciones rusas en la manera en que esta guerra lo exige», declaró.

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Rosalía Sánchez

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Por su parte, el gobierno británico ha insistido en que su apoyo a Ucrania sigue siendo «inquebrantable». Un portavoz del primer ministro Keir Starmer afirmó a la prensa, tras las declaraciones del presidente ucraniano, que «el primer ministro sigue absolutamente firme en su apoyo a Ucrania», y a pesar de las preocupaciones de Zelenski sobre una disminución en la asistencia, el gobierno británico ha reiterado su compromiso de mantener el nivel de apoyo en los 3.000 millones de libras anuales, «durante todo el tiempo que sea necesario». Sin embargo, el tema del uso de misiles 'Storm Shadow' sigue siendo un punto de fricción. Downing Street ha dejado claro que «no ha habido ningún cambio en la posición del gobierno sobre el uso de los misiles 'Storm Shadow' donados por Reino Unido», y aunque reconoce «el derecho claro de Ucrania a la autodefensa», ha subrayado que las operaciones con estos misiles deben limitarse al territorio ucraniano reconocido internacionalmente.

Esta postura ha generado una creciente polémica, especialmente a la luz de las recientes incursiones ucranianas en suelo ruso. Desde el 6 de agosto, Ucrania ha lanzado una ofensiva en la región rusa de Kursk, marcando la mayor incursión extranjera en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial. El objetivo de esta ofensiva parece ser crear una «zona de amortiguación» para proteger a la población ucraniana de los ataques rusos, utilizando una combinación de drones, artillería y tanques.

Entre el armamento utilizado por Ucrania en esta ofensiva se encuentran los tanques 'Challenger 2', suministrados por Reino Unido. Aunque el Ministerio de Defensa británico ha evitado hacer comentarios oficiales sobre el uso de estos tanques en territorio ruso, un portavoz reconoció que «el derecho de Ucrania a la autodefensa no excluye operaciones dentro de Rusia». Esta declaración ha sido vista por algunos como una contradicción respecto a las restricciones impuestas sobre los misiles. Cabe recordar que ya en mayo, el exministro de Exteriores David Cameron había dado luz verde al uso de armamento donado por Londres en Rusia, y un portavoz de Defensa defendió su utilización siempre que se respete el derecho internacional.

El ministro de Defensa británico, John Healey, también se manifestó a favor de esta política, afirmando que Ucrania tiene derecho a defenderse, incluso si eso implica llevar la guerra a territorio ruso. En un artículo publicado en la prensa local, manifestó que «debemos estar orgullosos del apoyo de Reino Unido a la lucha de Ucrania» y subrayó que «el equipo donado por Reino Unido, en manos de valientes ucranianos en el frente, está ayudando a defender su país y a presionar a Putin».

Moscú ya ha acusado a Occidente de estar detrás de los ataques en territorio ruso, y el uso de armamento británico en estas incursiones podría reforzar esa narrativa.

En este contexto, Estados Unidos también ha mantenido una postura cautelosa respecto al uso de armas de largo alcance en territorio ruso. Washington ha insistido en que su política no ha cambiado, subrayando los riesgos de una escalada directa entre Occidente y Rusia. Según The Times, el gobierno británico solicitó hace más de un mes a Estados Unidos levantar las restricciones sobre las armas de largo alcance, pero el proceso se encuentra bloqueado ante el temor de los estadounidenses a una escalada.