Ucrania convoca al nuncio para protestar por las palabras del Papa sobre el atentado contra Duguina

Kiev rechazó que se le implique indirectamente en este atentado, y se mostró molesta porque el Papa pusiera al mismo nivel el asesinato de Duguina con la invasión de Ucrania. Por eso, reaccionó inmediatamente.

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Victoria Isabel Cardiel

Durante la audiencia general de este miércoles, el Papa también ha denunciado el negocio de la venta de armas y ha pedido medidas para evitar una catástrofe nuclear

En menos de 25 horas, ayer jueces, «el nuncio apostólico en Ucrania, Visvaldas Kulbokas, fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania en relación con las palabras del Papa Francisco, pronunciadas durante la audiencia general del 24 de agosto, Día de la Independencia de Ucrania y día en que se cumplen seis meses de la invasión armada a gran escala de Ucrania por parte de Rusia», anunció el Gobierno ucraniano a última hora.

Durante la reunión, transmitieron al nuncio que «Ucrania está profundamente decepcionada por las palabras del pontífice, que compara injustamente al agresor y a la víctima». «Al mismo tiempo, es un asunto grave la decisión del Papa Francisco de mencionar en el contexto de la guerra ruso-ucraniana la muerte de un ciudadano ruso en el territorio de Rusia, con la que Ucrania no tiene nada que ver», añade Kiev en un comunicado.

«El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania llamó la atención del Nuncio Apostólico sobre el hecho de que, desde el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de la Federación Rusa, el Pontífice nunca ha prestado especial atención a las víctimas concretas de la guerra, entre las que se encuentran 376 niños ucranianos que murieron a manos de los ocupantes rusos», añade.

«El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano expresó la esperanza de que en el futuro la Santa Sede evite declaraciones injustas que causen decepción en la sociedad ucraniana», concluye el comunicado.

La dura nota ha sorprendido en Roma, pues no parece tener en cuenta las repetidas condenas del Papa a la invasión rusa, sus propuestas de mediación, sus llamadas a la acogida de refugiados, sus planes de visitar Ucrania, o gestos como el beso a la bandera ucraniana o encuentros con las esposas de los soldados de Mariúpol atrincherados en la acerería Azovstal.

Las palabras del Papa durante la audiencia general del miércoles ya habían sido condenadas por el embajador de Kiev ante el Vaticano, Andrii Yurash, que ese mismo día dijo que eran «decepcionantes» y que «no se puede hablar en las mismas categorías sobre el agresor y la víctima, el violador y la violada». «¿Cómo es posible mencionar a uno de los ideólogos del imperialismo como víctima inocente? Fue asesinada por los rusos como víctima sagrada y ahora está en el escudo de la guerra», publicó Yurash en su cuenta oficial en Twitter.

Este viernes, en tono más conciliador, el diplomático ha recordado en esta red social que «ha pasado exactamente un año desde que Su Eminencia el cardenal Pietro Parolin (número dos de la Santa Sede) visitó Ucrania y participó en la celebración histórica del 30º Aniversario de la Independencia». Explica que esa segunda visita «desde el inicio de la invasión rusa en 2014 demostró a ambas partes la importancia de las relaciones entre Ucrania y la Santa Sede».

La protesta de Ucrania no ha modificado por ahora los planes del Papa de visitar Ucrania, en una fecha próxima pero aún no anunciada. Según el embajador ucraniano, el viaje se realizará antes del 13 de septiembre. El pasado 12 de agosto, Volodímir Zelenski y el pontífice mantuvieron una conversación telefónica, la tercera desde que comenzó la invasión rusa, para intercambiar impresiones sobre un posible itinerario.

Durante la conversación, Zelenski le ilustró «los horribles crímenes» de Rusia contra Ucrania y le dio las gracias por sus oraciones. «Nuestro pueblo necesita el apoyo de los líderes espirituales mundiales que deben transmitir al mundo la verdad sobre los actos de horror cometidos por el agresor en Ucrania», escribió. Evidentemente, la interpretación que dio el Papa el pasado miércoles no iba en esa línea.