El riesgo de hambruna se suma a los desastres de la guerra en Gaza

El organismo internacional tuvo que suspender el viernes los envíos de ayuda debido a la falta de combustible y al apagón de las telecomunicaciones. La directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, señaló que «con el invierno acercándose rápidamente, los refugios inseguros y superpoblados y la falta de agua potable, los civiles se enfrentan a la posibilidad inmediata de morir de hambre».

Israel lanza una nueva fase de la guerra en Gaza ajeno a la presión internacional

Mikel Ayestaran

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, viajó a Israel, visitó algunos de los lugares atacados por Hamás el 7 de octubre e instó a los israelíes a «no dejarse consumir por el odio»

La guerra está a punto de entrar en su séptima semana y, tras clamar victoria en el oeste de la Ciudad de Gaza, el Ejército tiene ahora en su punto de mira la parte sureste de la Franja donde ya ha pedido a los civiles que evacúen y ha comenzado los bombardeos. Israel considera que los cabecillas de Hamás se han fugado a esta zona y atacó objetivos en Rafah y Khan Younis.

El margen para los 1,7 millones de desplazados que dejaron sus casas en busca de refugio en el sur es cada vez menor y las necesidades mayores porque carecen de alimentos y de agua. Tras más de 40 días de bloqueo total al combustible, Israel accedió a la entrada de dos camiones diarios «para permitir el mantenimiento mínimo necesario de los sistemas de agua, alcantarillado y sanitarios para prevenir pandemias que podrían extenderse a toda el área, perjudicando a los residentes de la Franja así como a nuestras propias fuerzas y potencialmente extendiéndose también a Israel», según fuentes del gabinete de guerra citadas por los medios locales.

La resolución del Consejo de Seguridad o los llamamientos de Estados Unidos o la Unión Europea para lograr «pausas humanitarias» se quedan de momento en la ventana para salida de civiles por el corredor de Saladino y la entrada de esos dos camiones diarios con combustible.

Israel avanza y nadie le marca el paso. Por tercer día prosiguieron los trabajos en el complejo médico de Al Shifa en busca del cuartel general de Hamás. El Ejército mostró imágenes de lo que presentó como un túnel en uno de los laterales del hospital y se podía ver un profundo agujero en el suelo, lleno de escombros de hormigón, madera y arena. Las fuerzas armadas también informaron de la presencia de un vehículo en el centro médico con una gran cantidad de armas. Hamás niega estas acusaciones y emitió un comunicado para definir como «limpieza étnica» la decisión de Israel de asaltar el hospital.

Dentro de Al Shifa quedan 7000 personas entre enfermos, heridos, personal médico y desplazados, según su director, Mohamed Abu Selmiya, quien aseguró que el hospital es ahora «una prisión» y «una fosa común». Abu Selmiya lamentó que «nos quedamos sin nada: ni electricidad, ni comida, ni agua. Cada minuto que pasa, perdemos una vida (…) es un crimen de guerra, un crimen de guerra en toda regla».

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) elogiaron al personal del hospital por hacer «todo lo posible» para atender a los pacientes a pesar de estar cercados. Reuters pudo contactar con el doctor Ahmed El Mokhallalati, quien contó que los soldados seguían buscando en el complejo hospitalario, pero «no habían encontrado nada». También dijo que ningún bebé había muerto desde que entraron las tropas enemigas. La presencia de decenas de recién nacidos fuera de las incubadoras, desconectadas por la falta de electricidad, y la muerte de cuatro de ellos en las primeras horas del cerco encendieron las luces de alarma.

Desde el primer día de la guerra Israel apuntó a Al Shifa como uno de sus objetivos y acusó a Hamás de buscar refugio bajo el mayor centro médico de la Franja. Los soldados trabajan para confirmar lo que apuntaban los informes de los servicios de inteligencia, pero Benjamín Netanyahu quiso añadir que la posible presencia de alguno de los cautivos fue otro argumento de peso para el asalto. El primer ministro aseguró a la cadena CBS que tenían «fuertes indicios» de que algunos de los rehenes estaban allí. Israel estima que son al menos 240 las personas en manos de los islamistas. El Ejército aseguró haber recuperado los cuerpos de Yehudit Weiss y de la cabo Noa Marciano, capturadas el 7 de octubre, en las proximidades de Al Shifa.

Netanyahu es muy criticado por un sector de las familias de los rehenes y los desaparecidos que han organizado una marcha que culminará el sábado noche frente a su residencia oficial en Jerusalén. Le acusan de no dar prioridad a la liberación de sus seres queridos y piden información al gabinete de guerra sobre la marcha de las negociaciones. Qatar y Egipto son los mediadores en un proceso que está abierto, pero que se dilata en el tiempo y para las familias cada día que pasa es un día más de agonía.