Reino Unido empieza a liberar a 5.500 presos para aliviar el hacinamiento en las cárceles

La liberación de tantos reclusos ha despertado críticas por parte de la comisionada de víctimas para Inglaterra y Gales, la Baronesa Helen Newlove, quien señaló que muchas víctimas no fueron informadas adecuadamente sobre la liberación. «Es inaceptable que algunas víctimas no supieran que sus agresores saldrían en libertad antes de lo previsto. Este es un golpe directo a la confianza que las víctimas depositan en el sistema de justicia», denunció, y añadió que la falta de notificación ha dejado a algunas víctimas sin la posibilidad de tomar medidas preventivas o solicitar órdenes de protección.

Este esquema de liberación temprana no incluye, según el gobierno, a presos condenados por delitos graves, como crímenes violentos, abusos sexuales o violencia doméstica. Sin embargo, organizaciones como Refuge han advertido de que las excarcelaciones no cubren todas las formas de violencia doméstica, dejando a algunas víctimas en situación de riesgo. Además, denunció que aproximadamente el 10% de los casos de violencia doméstica que resultan en condenas de 12 meses o menos no están ni siquiera incluidos en el sistema que informa sobre la liberación anticipada de los agresores. «El sistema de contacto con las víctimas es insuficiente. Muchas personas no sabrán que sus perpetradores están siendo liberados, lo cual es alarmante«, advirtió la organización, que también criticó la falta de coordinación entre el sistema penitenciario y los servicios de apoyo a las víctimas.

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El motivo principal de esta medida es el hacinamiento en las prisiones de Inglaterra y Gales, que alcanzaron la cifra récord de 88.521 reclusos la semana pasada, dejando solo el 1,2% de espacio disponible en el sistema. Según el Ministerio de Justicia, sin la liberación anticipada, las prisiones se quedarían sin espacio en cuestión de días, lo que podría llevar a una crisis mayor. «No había otra opción», afirmó el responsable de Negocios, Jonathan Reynolds, quien culpó a los gobiernos conservadores anteriores de no prever este problema y no haber construido nuevas cárceles. «Estamos en una situación límite debido a la falta de planificación y responsabilidad», añadió.

Pero este alivio temporal tiene un alto coste en términos de seguridad pública. Martin Jones, a cargo del sistema de libertad condicional, advirtió de que el sistema está «significativamente sobrecargado» y que la supervisión de los reclusos liberados será un desafío. «Sabemos con certeza que un tercio de los reclusos liberados reincidirán. No hay suficientes funcionarios para supervisar adecuadamente a todos los liberados, lo que aumenta el riesgo de que violen los términos de su libertad condicional«, explicó. La falta de personal y los recortes en los servicios de esta área complican aún más la situación, ya que los liberados deben cumplir condiciones estrictas como el uso de dispositivos de monitoreo o toques de queda.

Además, las autoridades penitenciarias han advertido sobre los riesgos asociados con la reintegración de los presos en la sociedad. Charlie Taylor, jefe de Inspección de Prisiones, subrayó que existe un «riesgo real» de que algunos de los liberados se enfrenten a la indigencia o caigan de nuevo en el ciclo de criminalidad, drogas o, en el peor de los casos, en nuevos delitos graves. «Cuando no se da un seguimiento adecuado, hay una alta probabilidad de que estos individuos vuelvan a delinquir», advirtió Taylor. La falta de apoyo estructurado para los presos que salen en libertad es otro de los puntos débiles de esta estrategia gubernamental. Un funcionario de prisiones, que pidió no ser identificado, declaró a la prensa local que «esta medida podría costar vidas. El personal está bajo una presión inmensa, y hay temor de que algo importante se pase por alto, lo que podría llevar a tragedias dentro o fuera de las cárceles».

A largo plazo, los expertos coinciden en que esta no es una solución sostenible. El propio Taylor describió la situación como una «bomba de relojería», afirmando que la liberación temprana de reclusos es solo un parche temporal que no resuelve los problemas estructurales del sistema penitenciario, en el que la superpoblación y la falta de inversión en las prisiones han llevado a un aumento en la violencia, el consumo de drogas y los intentos de autolesión dentro de los centros penitenciarios, lo que agrava aún más la situación.