El mundo cierra filas con Estados Unidos y contra Wikileaks
Calma tensa ante las revelaciones de espionaje en la sede de la ONU en Nueva York
La procesión y el malestar van por dentro pero, públicamente, calma tensa ante las revelaciones de Wikileaks de que el Departamento de Estados Unidos dio orden a algunos de sus diplomáticos de hacer labores de recogida de inteligencia dentro de la sede de la ... ONU en Nueva York. Algunos de los gobiernos extranjeros más expuestos o potencialmente más incomodados por la filtración están cerrando filas contra Wikileaks y con Estados Unidos .
Martin Nesirky, portavoz del secretario general Ban Ki-Moon, se vio acribillado a preguntas sobre este tema este lunes en la tradicional rueda de prensa de mediodía. Nesirky llevaba la lección bien aprendida y aguantó el chaparrón limitándose a recordar la inviolabilidad de la sede de la ONU –hasta leyó fragmentos de los tratados que la consagran- y precisando que la organización “no comenta documentos extraoficiales” ni tiene, por tanto, nada qué decir “en este punto” de la investigación. En ese momento ya se sabía que el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, había lanzado una investigación penal de las filtraciones de Wikileaks.
El único dato nuevo aportado por Nesirky fue admitir que Ban Ki-Moon fue informado con anterioridad de la bomba que estaba a punto de lanzar Wikileaks, y que obtuvo esta información directamente de Estados Unidos. Pero el portavoz eludió una y otra vez responder a la pregunta de si la ONU se plantea represaliar a los diplomáticos norteamericanos sospechosos de espionaje. La cancha dada a este tipo de especulación fue exactamente cero.
Entretanto intramuros de algunas misiones extranjeras se palpaba el malestar de algunos diplomáticos concretos. “Una cosa es saber que todo el mundo recoge información de todo el mundo, y otra cosa es no saber si puedes hablar o no en confianza”, se quejaba un miembro de una misión europea, quien eligió parapetarse tras el anonimato. En opinión de esta fuente algunos de los actuales representantes de Estados Unidos ante la ONU han quedado tan quemados como en su día quedó Valerie Plame , la agente de la CIA cuya identidad fue ilegalmente revelada por miembros de la Administración Bush para castigar las opiniones contra la guerra de Irak emitidas públicamente por su marido, el diplomático Joe Wilson.
Por cierto que en aquel caso ya se evidenció la delgadísima línea que separa la diplomacia de la recogida de inteligencia : Wilson fue despachado a Nigeria a averiguar qué podía haber de cierto en la supuesta compra por Irak de material pre-nuclear a Nigeria, y fue por indicación de su esposa, que sugirió a sus jefes de la CIA que “mi marido puede enterarse de eso”. Se enteró de lo contrario y para muchos ha quedado como un héroe antiguerra. Pero objetivamente era un diplomático en misión de espionaje.
¿Dónde acaba la recogida legítima, subjetiva y sagaz de información, y donde empieza la violación de la ley y de la confianza de los interlocutores? Este lunes en Nueva York la ONU parecía más preocupada por la amenaza que supone Wikileaks –a quien todo el Congreso de Estados Unidos, sin diferencia de partidos, pide procesar por espionaje, o incluso por terrorismo- que por los excesos del Departamento de Estado. Es como si, malestares personales aparte, todo el mundo pensara que la política sin confidencialidad y sin secretos es inasumible para nadie.
Francia también se alinea con EE.UU.
Incluso Francia ha decidido alinearse con Estados Unidos esta vez. Interrogada la misión francesa sobre qué pensaban de este asunto, su respuesta fue remitir a unas declaraciones dictadas por París donde se “deplora vivamente la divulgación deliberada e irresponsable por Wikileaks de la correspondencia diplomática norteamericana”. Se niegan a confirmar o a desmentir nada que contengan esos documentos , cuya difusión consideran “un atentado contra la soberanía de los Estados y al derecho al secreto de su correspondencia, consagrado por la Convención de Viena”. Añaden que no respetar esto pone en peligro la seguridad del mundo y de muchas personas.
Como Ban Ki-Moon, también ellos fueron avisados con antelación, por una llamada personal de Hillary Clinton a su homóloga francesa, Michèlle Alliot-Marie, el pasado viernes 26 de noviembre. París respondió mostrando su disposición a trabajar conjuntamente con Washington “ante las consecuencias de esta situación”.
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