Los países fronterizos con Bielorrusia temen un despliegue encubierto de Wagner

El Alto Mando polaco está dando órdenes para aumentar el número de fuerzas uniformadas estacionadas en la frontera y aumentar el número de «diferentes tipos de obstáculos y fortificaciones para proteger nuestra frontera en caso de un ataque», ha explicado el viceprimer ministro Jaroslaw Kaczynski, después de una reunión de crisis del gobierno, «son elementos peligrosos para Ucrania y los ucranianos, pero también para Lituania y, finalmente, también pueden ser peligrosos para nosotros, porque puede significar una nueva fase de la guerra híbrida, una fase mcho más difícil».

Polonia, miembro de la UE y de la OTAN, comparte una frontera de 418 kilómetros con Bielorrusia en la que ya ha instalado una valla de 5,5 metros de altura. «La Guardia Fronteriza es la responsable de ese tramo,, pero no cabe duda de que el Ejército polaco también está involucrado en su defensa», ha añadido el ministro polaco de Defensa, Mariusz Blaszczak, que no oculta su satisfacción por la llegada de los tanques avanzados AM1A1 Abrams, que acaba de recibir de Estados Unidos y que se dispone a desplegar también en la frontera.

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Polonia ha encargado un total de 366 tanques, una operación de 1.400 millones de dólares, y los primeros 14 están ya en la ciudad portuaria de Szczecin. «Son los mejores del mundo, hoy es un día histórico para el ejército polaco», se felicita Blaszczak, «este año recibiremos más y formaremos un batallón» para reforzar la defensa. El pentágono acaba de anunciar, además, el visto bueno a la compra de sistemas de defensa antiaérea Ptriot por parte de Polonia, por un valor de 15.000 millones de dólares.

Esta inquietud polaca es compartida por los gobiernos de Ucrania y Lituania. El presidente polaco Andrzej Duda y sus homólogos lituano y ucraniano, Gitanas Nausėda y Volodímir Zelenski, se reunieron ayer en Kiev para discutir las consecuencias del traslado de los Wagner a Bielorrusia en la situación de seguridad y coincidieron en la importancia de fortalecer la presencia de la OTAN en el flanco oriental antes de la cumbre de la OTAN en Vilnius. Juntos forman el 'Triángulo de Lublin', una alianza regional que está de acuerdo en que «hoy es difícil descartar que la presencia del Grupo Wagner en Bielorrusia represente una amenaza potencial para Polonia, que comparte frontera con Bielorrusia, también«, en palabras de Andrzej Duda, «como igualmente podría representar una amenaza para Lituania y posiblemente también para Letonia».

Si en las primeras horas, tras el acuerdo entre Putin y Prigozhin , estas sospechas se comentaban solamente en voz baja, Duda no tiene ahora reparos en declarar públicamente que «surge la pregunta de cuál es el propósito de esta transferencia. ¿Cuáles son las verdaderas intenciones del (...) grupo Wagner, es decir, el ejército ruso, (...) en Bielorrusia?». Y la misma pregunta se está haciendo también el gobierno alemán. «Es una situación que nos preocupa mucho y que estamos observando de cerca», ha reconocido el canciller Olaf Scholz en Berlin, después de una reunión con el primer ministro de Macedonia del Norte, Dimitar Kovacevski. 

Su ministro de Defensa, Boris Pistorius, ha llevado esta preocupación a Washington, capital que visita en viaje oficial. Según fuentes diplomáticas estadounidenses, la presencia masiva de tropas Wagner en Bielorrusia es considerada por Pistorius como uno de los cambios de última hora en la situación de seguridad del flanco oriental de la OTAN. Y lo mismo opina el Gobierno de Lituania. El presidente lituano, Gitanas Nauseda, ya había pedido el domingo un refuerzo de este flanco oriental debido al posible traslado de combatientes Wagner a la vecina Bielorrusia.

La primera respuesta del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, fue que aún era demasiado pronto para sacar conclusiones sobre el traslado de Yevgeny Prigozhin y sus mercenarios a Minsk. Sin embargo, aseguró que «la Alianza está lista para defender a sus integrantes» de cualquier amenaza. En Europa del Este inquietan especialmente las fechas de la cumbre de la OTAN en la capital lituana de Vilniu,s el 11 y 12 de julio. «Ya hemos aumentado nuestra presencia militar en la parte Este de la Alianza y tomaremos más decisiones para fortalecer aún más nuestra defensa colectiva, con más fuerzas de alta preparación y más capacidades durante la próxima cumbre», ha tranquilizado Stoltenberg.