Polonia desplegará lanzamisiles Himars a 80 kms de Kaliningrado

En la versión polaca, están equipados con munición misiles guiados Gmlrs, de un alcance de 70 kilómetros, y misiles tácticos Atacms, capaces de atacar objetivos ubicados a más de 300 kilómetros. Los lanzadores Himars (High Mobility Artillery Rocket System) son cohetes de artillería montados en un chasis con ruedas, producidos por la empresa estadounidense Lockheed Martin. Actualmente, es el lanzador de misiles tierra-tierra más versátil y ha resultado ser clave en la guerra de Ucrania. Sus golpes precisos han conseguido a menudo desorganizar la retaguardia rusa y, gracias al bombardeo de depósitos logísticos, bases de material y municiones, Ucrania logró llevar a cabo una eficiente ofensiva en septiembre de 2022 en el óblast de Járkov y Donbass y expulsar a las tropas rusas de Jersón. «Han hecho un gran papel en Ucrania y podrán hacerlo también aquí», ha dicho Blaszczak.

Polonia ha estado mejorando su ejército intensamente desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. Blaszczak no tiene reparos en repetir que quiere convertirlo en «el ejército más fuerte de Europa» en los dos próximos años y formula este objetivo como promesa electoral de cara a los comicios del próximo otoño. Así lo anunció en un mitin electoral en la ciudad de Wolomin el también viceprimer ministro polaco. «Si los votantes, si la gente nos da otro mandato, entonces podemos reunirnos de nuevo aquí en Wolomin en dos años y entonces podré mostrarles que el ejército polaco será el ejército terrestre más fuerte de Europa», arengó a los asistentes al acto. El Gobierno de Varsovia, encabezado por el nacional conservador Partido Ley y Justicia (PiS), es uno de los partidarios políticos y militares más decididos de Ucrania. No solo entrega a Kiev tanques, aviones de combate y grandes cantidades de otros tipos de armamento al país vecino, sino que también equipa fuertemente a su propio ejército en previsión de una posible extensión del conflicto.

El Ejército polaco, con 123.000 soldados, está recibiendo más de mil nuevos vehículos blindados de transporte de personal «Borsuk» y cientos de vehículos de escolta, gracias a un acuerdo con la empresa manufacturera Huta Stalowa Wola, ubicada en el sureste de Polonia. Se trata del pedido más grande en la historia de la industria armamentista polaca hasta la fecha. Recientemente ha lanzado también un programa para la adquisición de 32 cazabombarderos F-35A y ya hay pilotos polacos recibiendo entrenamiento en Estados Unidos, para contar este mismo año con un primer escuadrón equipado con estos aviones. Hace unos meses firmó un nuevo contrato con el consorcio surcoreano que fabrica los lanzacohetes K239 Chunmoo para concretar la compra de 218 unidades por valor de 3.300 millones de euros. En los próximos años, Polonia recibirá además 24 drones de combate procedentes de Turquía.

Blaszczak ha anunciado también la creación de un centro logístico y de formación en Polonia para dar servicio a todos los países aliados que utilicen lanzamisiles, lo que se suma a la reciente decisión de montar un centro logístico similar para los países que utilizan tanques Leopard. «Estamos dotando al Ejército polaco de equipos modernos», ha justificado Blaszczak, que recuerda la proximidad territorial a rusa. El voivodato polaco de Varmia y Masuira limita, en efecto, con la provincia rusa de Kaliningrado, sin olvidar que Polonia también tiene frontera con Ucrania. Esta cercanía a la guerra ha despertado también la necesidad de rearme entre la población civil. Desde la guerra en Ucrania, la cantidad de solicitudes de licencias de armas en Polonia se ha multiplicado por dos y el gobierno ofrece además capacitación de tiro gratuita en las escuelas de todo el país. Pero la gran esperanza de su defensa sigue siendo el apoyo de Estados Unidos, que mantiene 11.000 soldados desplegados en Polonia, como centro logístico para el apoyo militar a Ucrania.