Michael Dixon, el médico del Rey Carlos III que defiende la homeopatía

La atención de la prensa y el público se centra en este momento no sólo en su bienestar, sino también en la elección del doctor Michael Dixon, un defensor destacado de las terapias que van más allá de la medicina convencional y amigo del monarca desde hace décadas, como jefe de su servicio médico real.

Y es que Dixon, de 71 años y que ya de entrada llama la atención por el uso de coloridas pajaritas en el traje, tiene sobre sus hombros la responsabilidad general de la salud del rey y de la familia real en general.

Su currículum lo avala, ya que trabajó durante medio siglo en la sanidad pública y un portavoz del Palacio de Buckingham detalló que «es un médico en ejercicio; miembro del Royal College of GPs (médicos de cabecera); del Royal College of Physicians; expresidente de NHS Alliance; ex copresidente de la National Social Prescribing Network; excampeón clínico nacional de prescripción social de NHS England y presidente del College of Medicine». También fue nombrado caballero de la Orden del Imperio Británico por sus servicios en la atención primaria.

El dilema, no obstante, está en que es partidario del uso de tratamientos como la homeopatía; y de la aromaterapia y la reflexología incluso en el servicio de sanidad público. Según 'The Sunday Times', «en una ocasión invitó a un sanador cristiano a su consulta para tratar a pacientes enfermos crónicos» y «experimentó con recetar una planta africana llamada garra del diablo para el dolor de hombro» o «la epimedium para la impotencia». Según la Base de Datos Integral de Medicamentos Naturales, –que clasifica su eficacia basada en la evidencia científica– la garra del diablo es «posiblemente eficaz» para el dolor de espalda y la osteoartritis.

La epimedium, conocida como «hierba de cabra en celo», contiene sustancias químicas «que pueden ayudar a aumentar el flujo sanguíneo y mejorar la función sexual», según MedlinePlus, un servicio en línea de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. La designación del doctor Dixon, que se produjo en el 2022 pero se hizo pública en 'The Times' el pasado diciembre, generó una gran controversia y fuertes críticas desde varios sectores, ya que mientras algunos profesionales de la salud apoyan el uso de terapias complementarias, otros las ponen en duda debido a la falta de pruebas comparativas con tratamientos convencionales.

Una de las voces que se alzaron contra la figura de Dixon fue la de Graham Smith, director ejecutivo del grupo de campaña Republic, para quien «la promoción de la medicina alternativa socava la confianza en la medicina real y creo que ponerlo en ese lugar es realmente irresponsable y plantea preguntas sobre su juicio». Edzard Ernst, profesor emérito de la Universidad de Exeter, cuyo trabajo ha desacreditado la medicina alternativa, expresó su preocupación por el impacto que podría tener en la medicina «basada en la evidencia y el pensamiento racional». «Cualquiera que promueva la homeopatía está socavando la medicina basada en la evidencia y el pensamiento racional», dijo, y aseguró que además de que «debilita al NHS» (siglas en inglés del servicio nacional de salud en el Reino Unido), también causará «daño a la sociedad».

«Nosotros», aseveró, en referencia a su equipo de trabajo, «y otros, hemos demostrado que la homeopatía no es una terapia efectiva, lo que hoy en día se ha convertido en el consenso aceptado. Para mí, esto significa que su único lugar legítimo está en los libros de historia de la medicina», opinó, antes de defender que por supuesto «el Rey puede nombrar a quien quiera», pero señaló que su interés en la medicina alternativa «a menudo parece favorecer a personas que promueven terapias dudosas».

A los comentarios negativos se unió la Good Thinking Society, una organización sin fines de lucro que se dedica a promover el pensamiento crítico y la razón en temas como la ciencia, la educación y la salud. Michael Marshall, que forma parte de la organización y es editor de la revista 'The Skeptic' ('El Escéptico'), consideró que este nombramiento «no es apropiado». «Creo que el papel de la monarquía, si tiene alguno en la sociedad actual, no es abogar por sus propios proyectos personales y sus propias creencias, ni utilizar el poder e influencia que tienen para promover causas que van directamente en contra de la evidencia que tenemos», afirmó, y añadió que «es absolutamente inequívoco que los remedios homeopáticos no funcionan».

El Palacio de Buckingham respondió a estos juicios emitiendo un comunicado en el que afirmó que «el doctor Dixon no cree que la homeopatía pueda curar el cáncer» sino que «su postura es que las terapias complementarias pueden coexistir con los tratamientos convencionales, siempre que sean seguras, apropiadas y basadas en evidencia», un «posicionamiento que refleja la creencia del Rey Carlos III en el valor de las terapias complementarias, una perspectiva que ha sostenido durante décadas». En las propias palabras del monarca, «tampoco se trata de rechazar medicamentos convencionales a favor de otros tratamientos: el término 'medicina complementaria' significa precisamente lo que dice».

Y es que para nadie es un secreto que el primogénito de Isabel II, que ha gozado en general de buena salud a lo largo de sus 75 años de vida, ha defendido siempre, en círculos privados, la medicina alternativa; y lo ha hecho en público al menos desde 1982, cuando, en su discurso inaugural como presidente de la British Medical Association, manifestó que «a menudo he pensado que uno de los rasgos menos atractivos de varios organismos e instituciones profesionales es la profunda desconfianza y hostilidad manifiesta que puede existir hacia cualquier cosa no ortodoxa o no convencional».

En aquel momento, cuando tenía 34 años, aseveró que la medicina moderna estaba, «como la célebre Torre de Pisa, ligeramente desequilibrada» y defendió que «era hora de regresar a métodos antiguos de curación y poner un renovado énfasis en tratar a los pacientes en su totalidad», lo que ahora se traduce en un enfoque holístico de los tratamientos. Según la prensa local, en alguna ocasión declaró que «la medicina basada en la evidencia no es la panacea que se pretende que sea».

Desde entonces, ha mantenido su postura con el lanzamiento de otras iniciativas, como la Prince's Foundation for Integrated Health (Fundación del Príncipe para la Salud Integrada), cuyo objetivo es «explorar cómo las terapias complementarias pueden funcionar junto con la medicina convencional».

No todo son señalamientos negativos. La Cancer Research UK, la mayor organización benéfica de investigación del cáncer en el Reino Unido y una de las más grandes del mundo en su tipo dedicada a la investigación, la prevención y el tratamiento del cáncer, destaca que algunas personas recurren a terapias complementarias para mejorar su calidad de vida y aliviar los efectos secundarios de los tratamientos convencionales. Como es de esperar, la organización subraya la importancia de discutir cualquier terapia adicional con los profesionales médicos, enfatizando que los terapeutas complementarios no deben afirmar que la terapia que proveen curará el cáncer.

Para algunos profesionales, sobre la mesa no está solamente la complejidad de la relación entre medicina convencional y complementaria, sino también la importancia de la salud mental y la actitud positiva en el proceso de recuperación de enfermedades. Es el caso del investigador en oncología translacional en el King's College de Londres Louis Fox, que considera que aunque «es anecdótico, cuando hablo con oncólogos, dicen que las personas que tienen una mentalidad más fuerte y positiva tienden a tener mejores resultados», y esto es una baza para Carlos III, que pese a tener fama de tener un carácter a veces explosivo, también es conocido, según diversas fuentes, por tener una personalidad que no se doblega fácilmente ante los desafíos.

Así, en medio de las opiniones divididas, el Rey Carlos III enfrenta su diagnóstico de cáncer con una combinación única de enfoques, y algunas opiniones más favorables apuntan a que el estilo de vida activo que sigue, que incluye el plan 5BX, un conjunto de ejercicios ideado por la Real Fuerza Aérea Canadiense a fines de la década de 1950 compuesto por estiramientos, abdominales, extensiones de espalda, flexiones y caminatas, así como los alimentos orgánicos y saludables que consume, podrían convertirse en activos valiosos en los meses venideros, en los que la comunidad médica y la sociedad en general observarán de cerca, o al menos lo más cerca que Palacio permita, su proceso terapéutico. La salud del monarca británico se ha convertido así en un tema de interés global, que pone además de relieve la necesidad de una conversación abierta en el campo de la salud.