Draghi asesorará a Meloni ante la UE si mantiene su política fiscal y el apoyo a Ucrania y la OTAN

«Se le acabó el recreo a la Unión Europea» con Italia, había advertido Giorgia Meloni en campaña electoral, para advertir a Bruselas que con el nuevo gobierno del bloque de derechas en Roma se iniciaba una nueva etapa, en la que ella exigiría «menos centralismo y más subsidiaridad». Otra advertencia mandó a Francia y Alemania, la de «romper los riñones» al eje París-Berlín, para señalar que «defenderé los intereses en Bruselas como ellos hacen». Archiva esas promesas, y lo mismo tiene que hacer con lo que hasta ahora eran palabras amables hacia el primer ministro Orbán, hasta el punto de votar en el Parlamento europeo contra la condena a Hungría por considerarla una democracia en riesgo.

Está por ver si todo ello es agua pasada. De momento, Giorgia Meloni sabe que la terrible situación económica le da muy poco espacio para un cambio radical en la política italiana en sus relaciones con Europa. Las previsiones de crecimiento de Italia para el próximo año se han revisado y ahora se reducen a menos del 1%, con riesgo de entrar en recesión, lo que añade nuevas dificultades en la gestión de la deuda pública (150% del PIB). El primer ministro saliente, Mario Draghi, contaba al menos con toda la credibilidad internacional para afrontar la crisis económica y la relación con Bruselas. Por ejemplo, ayer la Comisión Europea hizo pública la noticia de la concesión a Italia de 21.000 millones de euros del Fondo europeo de reconstrucción, gracias a las gestiones de Draghi con Bruselas para limar algunas diferencias, durante seis horas de llamadas telefónicas e intercambios de documentos.

Mario Draghi, premiado el pasado día 23 en Nueva York como el mejor estadista del año, seguirá siendo una reserva para el país transalpino, porque es sin duda la personalidad italiana con más prestigio y credibilidad internacional. Pero no le gusta ser instrumentalizado. Así, hoy el periódico La República, afirma que Giorgia Meloni confía en Mario Draghi como «paraguas» ante Bruselas y las cancillería europeas, y citando fuentes diplomáticas de Bruselas, París y Berlín, ha escrito: «El primer ministro en funciones se ha puesto en contacto con Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Ursula von der Leyen. Dando garantías sobre la líder de Hermanos de Italia. Y tranquilizando a los grandes países de la Unión Europea sobre los tres pilares que guiarán la acción del futuro gobierno: Apoyo a Ucrania, lealtad a la OTAN y no hacer estallar la deuda pública, para tenerla bajo control. Son tres condiciones -añade el diario- que Draghi le planteó previamente a la líder Hermanos de Italia. Y que Meloni se ha comprometido a aceptar».

Se trataría, en definitiva, de un «pacto» entre Draghi y Meloni. Pero el primer ministro en funciones, como ha hecho en otras ocasiones en que ve utilizado su nombre, ha desmentido la información del diario, con este comunicado de Palacio Chigi, sede de la jefatura del Gobierno: «Palazzo Chigi desmiente la tesis y el contenido del artículo 'Kiev y las cuentas públicas, los contactos de Draghi con la UE - 'Meloni se respetará los pactos' publicado en Repubblica. El Primer Ministro no ha hecho ningún pacto ni se ha comprometido a garantizar nada. El primer ministro mantiene contacto regular con interlocutores internacionales para discutir los principales informes de la agenda y mantiene su compromiso de permitir una transición ordenada, en el contexto de unas correctas relaciones institucionales», concluye el comunicado de Palacio Chigi.

Sobre lo que no hay duda es que Giorgia Meloni abrazará el atlantismo de Mario Draghi. Esto conlleva un fuerte apoyo a Ucrania, para que su mandato como primera ministra sea más fácil de digerir para Bruselas. De hecho, la líder de Hermanos de Italia ha recibido las felicitaciones del presidente ucraniano Volodymyr Zelenski, quien ha mostrado su esperanza en una «fructífera colaboración con el nuevo Gobierno italiano». A su vez, Meloni le correspondió con este tuit: «Querido @ZelenskyyUa, sabes que puedes contar con nuestro leal apoyo a la causa de la libertad de Ucrania».

En definitiva, el próximo Gobierno Meloni seguramente nacerá con muchas dudas y reservas. De ahí que su intención es formar un gobierno con garantías al que, en principio, no se le pueda atacar por su pasado. Ella deberá demostrar que puede gobernar para todo el país, como ha prometido, y la eficacia de su gobierno se deberá juzgar por sus resultados.