Milei asume la presidencia de Argentina: «Hoy comienza una nueva era»
El líder de La Libertad Avanza inicia hoy su mandato de cuatro años en la Casa Rosada
La opinión de Begoña Villacís sobre el discurso de Javier Milei tras su investidura
Argetina sale a la calle para celebrar el nuevo gobierno, en directo
En imágenes: la toma de posesión de Milei como presidente de Argentina

«¡Viva la libertad, carajo!». La proclama, estampada en las banderas blanquiazules de la militancia de La Libertad Avanza (LLA) a pie de calle, la misma que gritó a pleno pulmón el economista Javier Gerardo Milei para poner fin a su primer discurso como ... nuevo presidente de Argentina, no encierra ninguna fórmula mágica para sacar al país de «cien años de fracaso»; pero sí ejemplifica su carácter iconoclasta frente al peso de décadas de la ortodoxia peronista. Las formas también fueron el fondo en una brevísima ceremonia de toma de posesión del cargo a manos del presidente saliente, Alberto Fernández, ceremonia que había dado comienzo con una hora de retraso, a las doce de un ardiente mediodía bonaerense, que dejó un reguero de desmayos a causa del calor.
Para empezar, la liturgia oficial en el interior del Congreso de la Nación duró una media hora corta: nada más se necesitó para cumplir el mínimo protocolo.
Tras acceder a la sede parlamentaria, la vicepresidenta saliente y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner tomó la palabra para explicar al detalle cuáles serían los pasos del acto oficial de toma de posesión del presidente electo, ganador en las urnas el pasado 22 de octubre. «Vamos a invitar al presidente electo a prestar juramento», dijo Kirchner. Minutos antes, en la sede de la soberanía nacional, había sonado el himno nacional, al tiempo que en la calle decenas de miles rugían como leones y otros tantos seguían coreando «¡libertad!».
Banda y bastón
Milei, que había partido treinta minutos antes en dirección al Congreso, acompañado por su hermana, Karina Milei, al tiempo que su pareja, Fátima Flores, le aguardaba en el interior de la Cámara junto a sus suegros, juró la Constitución y recibió la banda y el bastón de mando. También juró la flamante vicepresidenta, Victoria Villarruel. Todo ello en presencia del Rey Felipe VI, así como el resto de las delegaciones extrajeras: Gabriel Boric (Chile), Santiago Peña (Paraguay), Luis Lacalle Pou (Uruguay) o Viktor Orbán (Hungría), quien se cruzó con Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, que el martes visita la Casa Blanca. Tras días de negociaciones entre el equipo de la nueva canciller, Diana Mondino, y sus homólogos brasileños, Lula da Silva no asistió a la ceremonia, pero envió en su nombre al canciller Mauro Vieira. La delegación rusa se limitó al embajador en Buenos Aires, Dmitri Feoktístov (en Moscú no ha gustado nada la presencia de Zelenski, informa Rafael Mañueco). Entre la delegación más numerosa se contaba la del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, que coincidió con el presidente de Vox, Santiago Abascal.



El flamante mandatario prefirió dirigir su discurso a la militancia de su partido en lugar de hablar al Congreso, como es tradición en las tomas de posesión argentinas –también es tradición que estas sean el 10 de diciembre–. El objetivo de Milei era doble: por un lado, marcar distancia con respecto a los otros políticos, a quienes desprecia como «la casta»; y, por otro, acercarse al modelo estadounidense, realizando un discurso desde las escalinatas del Congreso. Una presencia clave a lo largo de toda la jornada fue la de su hermana y jefa de campaña, Karina, quien tuvo incluso un rol más protagónico que la pareja del mandatario, Fátima Flores. Y así, de espaldas al Congreso y en un tono eufórico, el presidente de Argentina se dispuso a dar su primer discurso en el cargo frente a una militancia que lo alentaba: «Javier, querido, el pueblo está contigo».
«Cien años de fracaso»
En esta primera alocución como mandatario, Milei hizo referencia a la pesada herencia histórica del último Gobierno y advirtió que no vendrán tiempos fáciles para los argentinos, aunque prometió «luz al final del túnel». «Hoy enterramos décadas de fracaso», dijo. Y sostuvo: «Cien años de fracaso no se deshacen en un día, pero algún día se empieza. Y hoy es ese día. Hoy empezamos a andar el camino de la decadencia para transitar el camino de la prosperidad».
«Ningún Gobierno ha recibido una herencia peor que la que hemos recibido nosotros», continuó el presidente, para luego afirmar que «así como la caída del muro de Berlín marcó el final de una época trágica para el mundo, estas elecciones han marcado el punto de quiebre de nuestra historia».
«Hacia el final de su discurso, Milei sostuvo que «Argentina se ha convertido en un baño de sangre» y habló de la seguridad. En este sentido, advirtió que «se acabó con el 'siga siga' de los delincuentes» y que los políticos «le han dado la espalda a los que nos cuidan», a la vez que subrayó que «la situación del país es crítica y de emergencia».
Una de las imágenes más simbólicas de la histórica jornada fue la Javier Milei en el mítico balcón de la Casa Rosada entonando el canto de «Hola a todos, yo soy el León…», de la banda musical argentina La Renga, antes de pronunciar: «Hemos decretado el fin de la noche populista».
En sus primeros minutos en la Casa Rosada, Milei se dispuso a recibir a los invitados internacionales, comenzando el saludo por Don Felipe. Uno de los saludos más comentados fue precisamente el del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, con quien se dio un cálido abrazo. También saludó y agradeció tanto a Bolsonaro como a Santiago Abascal su presencia en los actos de toma de presidencia.
Según la prensa local, más allá de la ausencia de Lula da Silva, la más comentada fue la del presidente francés, Emmanuel Macron, quien mantiene un buen vinculo tanto con el saliente Alberto Fernández como con el expresidente Mauricio Macri. Poco antes de la jura de Milei, Macron felicitaba a su homólogo argentino a través de la red 'X' con una fotografía en la que lucía el consabido lema «Viva la libertad, carajo».
Cierre de la toma de posesión
Tras la recepción de las delegaciones internacionales, se realizó la jura de ministros del nuevo Gobierno, que se llevó a cabo en el mítico Salón Blanco de la Casa Rosada. Un dato que llamó la atención de la prensa local es que, por primera vez en la historia argentina, la jura de los ministros que conformarán el gabinete del Gobierno se realizó a puertas cerradas y sin presencia de la prensa, algo que fue muy criticado por los medios de comunicación argentinos –el Diario Clarín llegó a decir que «la libertad no avanzó»-. Una de las juras más comentadas fue la de la ex candidata presidencial Patricia Bullrich, quien a partir de ahora tiene en sus manos el ministerio de Seguridad. Karina Milei, hermana del mandatario, fue designada por Javier Milei secretaria de la Presidencia.
Apenas horas después de haberse transformado oficialmente en presidente de los argentinos, Milei ya firmó su primer Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), a través del cual –como ya lo había anticipado- redujo los ministerios a nueve: Interior; Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Defensa; Economía; Infraestructura; Justicia; Seguridad; Salud y Capital Humano.
Finalizado su primer paso por la Casa Rosada como flamante presidente, el mandatario se dirigió de inmediato a la Catedral de Buenos Aires, donde participó junto a sus ministros de una ceremonia interreligiosa que fue oficiada por seis líderes de diferentes cultos. Allí dijo que le pide a Dios «sabiduría, templanza y coraje». A continuación, Milei designó a su rabino Shimon Axel Wahnish como embajador argentino en Israel.
Poco antes de las 21 horas, la jornada finalizó con una ceremonia especial en el histórico Teatro Colón de Buenos Aires. Allí la orquesta y el coro estable interpretaron óperas famosas tales como Carmen, Nabucco y Turandot.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete