Una diputada demócrata de origen palestino acusa a Biden de apoyar un «genocidio» en Gaza
«Nos acordaremos en 2024», asegura Rashida Tlaib advirtiendo del impacto político que puede tener la guerra para el presidente, que se juega su reelección el año que viene
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Corresponsal en Nueva York
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Iniciar sesiónRashida Tlaib, diputada demócrata en la Cámara de Representantes, ha acusado al presidente de EE.UU. y líder de su partido, Joe Biden, de apoyar un «genocidio» en Gaza por parte de Israel en su respuesta militar a los ataques terroristas de Hamás. ... Se trata del ataque más duro que sufre Biden desde sus propias filas desde que comenzó el conflicto en Oriente Próximo a comienzos del mes pasado y en el que el presidente de EE.UU. ha insistido en el apoyo «inquebrantable» de su país a Israel y en el «derecho y el deber» de su gran socio en la región a defenderse frente a la organización terrorista palestina.
Biden también ha defendido que la respuesta militar de Israel debe ser contenida y que tiene la responsabilidad de «minimizar» el impacto en la población civil. Tras miles de muertos civiles en Gaza y episodios como el bombardeo a un campo de refugiados de Gaza esta semana, la Administración Biden ha intensificado estas reclamaciones. Su jefe diplomático, Antony Blinken, ha regresado a Israel este fin de semana para exigir «pasos concretos» en este respecto a Israel y presionar para que se establezcan «pausas humanitarias» en los bombardeos que faciliten la entrada de ayuda humanitaria y la liberación de rehenes en manos de Hamás.
Pero esas posiciones están muy lejos de las del sector izquierdista del partido demócrata, liderado en esta cuestión por Tlaib, que, desde el comienzo de la respuesta militar de Israel y en cuanto fue evidente que dejaría víctimas civiles, exigió a Biden que presionara para un alto el fuego.
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Esas presiones se han sentido en la calle, en decenas de protestas organizadas por grupos izquierdistas, y en el Congreso, donde Tlaib encabezó un grupo de 16 diputados que introdujeron en la Cámara Baja una propuesta de resolución con exigencia de alto el fuego y de atención humanitaria a la población civil de Gaza.
La Administración Biden ha rechazado una y otra vez la exigencia de alto el fuego y lo ha justificado en que eso ayudaría a Hamás a rearmarse y le daría la posibilidad de volver a atacar a Israel como hizo el 7 de octubre, en una operación terrorista en territorio israelí, que dejó 1.400 muertos civiles.
Ahora, Tlaib ha tensado la cuerda con un vídeo en redes sociales en el que encadena muestras de los horrores que sufre la población civil en Gaza y manifestaciones en apoyo del alto el fuego en todo EE.UU. «Señor presidente, el pueblo estadounidense no está con usted en esto», dice Tlaib a la cámara, antes de que la imagen vaya a negro y un texto lance la acusación: «Joe Biden apoyó el genocidio del pueblo palestino». Después, le exige que apoye un «alto el fuego ahora».
El vídeo de Tlaib incluye cánticos de manifestantes que proclaman «desde el río hasta el mar, Palestina será libre», una referencia a la recuperación de todo el territorio desde el Jordán hasta el Mediterráneo que hoy acoge a Israel y que desde algunos sectores se entiende como una llamada a la destrucción del estado judío. La diputada se vio obligada a enviar un segundo mensaje en el que matizaba que «desde el río hasta el mar es una llamada con aspiraciones a la libertad, los derechos humanos y la coexistencia pacífica, no de muerte, destrucción u odio».
«Nos acordaremos en 2024», aseguró también la diputada en el vídeo, en una advertencia directa a Biden del impacto político que puede tener la guerra en Gaza para el presidente, que se juega su reelección el año que viene. La amenaza de Tlaib no es baladí. Ella representa un sector izquierdista, con mucho voto joven, que apoyó a Biden en 2020 para pasar página con Trump, y a quien el candidato demócrata estimuló con su agenda climática y con promesas como la condonación de la deuda estudiantil. Pero, además, Tlaib, que es la única y primera diputada de origen palestino de EE.UU., es de Michigan, un estado electoral clave. Biden ganó allí por 150.000 votos en 2020 y el estado acoge al mayor electorado de origen árabe de EE.UU.
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