Una cabaña hecha con palos y ramas y un biberón vacío, las pruebas de que los niños del accidente aéreo en la selva están vivos

El accidente se produjo el pasado 1 de mayo, previsiblemente por un fallo en el motor de la aeronave, un modelo Cessna 206. Por ese motivo, el avión desapareció entre Araracuara, una remota localidad ubicada en la frontera entre los departamentos de Caquetá y Amazonas, y San José del Guaviare, capital del departamento de Guaviare.

Los equipos de rescate estuvieron buscando el avión durante dos semanas y cuando lo encontraron, el pasado martes en una zona muy boscosa en Solano (Caquetá), vieron que en su interior estaban los cuerpos de los adultos pero no había rastro de Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4, y de Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses.

Todo ello chocó a los efectivos de emergencias, que decidieron ampliar su operativo. Se puso sobre el terreno más de un centenar de efectivos de las Fuerzas Militares, junto a tres perros especialistas en rastreo y helicópteros que rastrearon los bosques. Los indígenas de la zona también colaboraron en las tareas de rescate.

Tras el hallazgo del avión captaron otros indicios que les hicieron ver claro de que los niños podían estar vivos por algunas pruebas, como una maleta abierta, un biberón vacío y restos de un maracuyá. También se encontraron con una especie de cabaña hecha con palos y ramas, a lo 'Supervivientes', que parecía estar hecha adrede para resguardarse de la lluvia. Allí había también tijeras y gomas de pelo.

La noticia ha sido muy celebrada en Colombia, aunque el Gobierno muestra todavía contención porque todavía no ha podido confirmar su estado de salud. «Después de arduas labores de búsqueda de nuestras Fuerzas Militares, hemos encontrado con vida a los 4 niños que habían desaparecido por el accidente aéreo en Guaviare. Una alegría para el país», se limitó a anunciar el presidente colombiano, Gustavo Petro, en Twitter.