La enigmática llegada de peces caníbales a playas de la costa oeste de EE.UU. siembra el pánico entre bañistas
Los científicos no saben explicar el motivo de su aparición en una zona no habitual para esta especie de aguas tropicales
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A. Cabeza
Barcelona
La naturaleza tiene un sinfín de hechos extraordinarios que a veces son difíciles de entender. Las investigaciones y la ciencia pueden ayudar a explicar fenómenos, como las auroras boreales o el surgimiento de extrañas especies, pero no siempre es fácil y sencillo argumentar ... cambios de animales o plantas.
Es lo que ha pasado en la costa oeste de Estados Unidos, en concreto en las playas de Oregón. Allí han llegado, sin saberse por qué, decenas de peces caníbales que no viven en la zona y que han causado sorpresa y pánico entre los bañistas. Técnicos de los Parques Estatales de Oregón (OPS), que los han localizado a lo largo de un tramo de costa de unos 290 kilómetros entre Nehalem y Bandon, han avisado de su presencia, aunque no pueden por el momento explicar su presencia.
Los protagonistas de la historia son conocidos como 'alepisaurus ferox', o también peces lanceta, y destacan por tener unos considerables colmillos y unos ojos saltones. A menudo pueden llegar a alcanzar un gran tamaño y superar incluso los dos metros de largo. A diferencia de muchos peces, no tienen escamas y son gelatinosos. Parecen
¿Una enfermedad? ¿Culpa del cambio climático?
«Nadie está seguro de por qué están llegando allí», explican los técnicos, que resaltan que también es la primera vez que se detecta una presencia tan multitudinaria de ejemplares. En una línea similar, científicos destacaron recientemente al portal LiveScience que los varamientos en estas zonas «no son precisamente comunes ni ocurren con regularidad». Los expertos barajan, de hecho, que esta aparición se deba a alguna enfermedad incapacitante, al efecto por el arrastre de tormentas o a los cambios de temperatura.
Los expertos reconocen que son caníbales porque en algunas ocasiones llegan a comerse a sus propias crías cuando estos todavía son muy pequeños. Habitualmente se alimentan de otros peces, así como de crustáceos, tunicados o cefalópodos.
Esta especie, de hecho, vive habitualmente en aguas tropicales y subtropicales y lo hacen a una profundidad de entre 200 y 1.000 metros. Por lo poco que se conoce de ellos, se sabe que pueden llegar a viajar lejos, y en dirección norte, incluso hasta llegar al mar de Bering, con tal de conseguir alimento.
Otros casos similares de han ocurrido recientemente. En las islas Coco a finales de año pasado se localizaron decenas de peces que hasta ese momento no habían sido nunca vistos.
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