La ayuda a Gaza mengua en lugar de aumentar y amenaza con parar los hospitales
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos tendrá que dejar prestar servicios esta medianoche si no recibe combustible
Riesgo de epidemia en la Franja de Gaza por falta de agua y electricidad
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Varios pacientes reciben atención médica en un hospital de Khan Yunis, en la Franja de Gaza
En la conferencia de paz celebrada el sábado en El Cairo, que coincidió con el primer envío de ayuda humanitaria a Gaza, se esperaba que los convoyes de camiones se hubieran estabilizado para mediados de esta semana. Pero, en lugar de ir aumentando ... con los días, la asistencia ha menguado tan peligrosamente que amenaza con parar los servicios de sus desbordados hospitales.
El martes, y por motivos no aclarados, solo pudieron entrar en Gaza ocho de los veinte camiones que tenían previsto cruzar el paso fronterizo de Rafah, en Egipto. En total, solo habían pasado 62 camiones hasta este miércoles, cuando antes de la guerra eran 455 al día porque este enclave palestino depende básicamente de la ayuda humanitaria de la ONU. Su agencia para los refugiados locales (UNRWA, en sus siglas en inglés) lleva días advirtiendo de que tendrá que dejar de prestar servicios esta medianoche por la falta de combustible.
Aunque los convoyes han transportado hasta la Franja de Gaza comida, agua y medicinas, Israel ha impedido el paso de camiones cisterna argumentando el riesgo de que caigan en manos de Hamás, que podría usar el combustible para disparar más cohetes contra su territorio. Ante el aviso de la UNRWA en X (antiguo Twitter) sobre la falta de combustible, las Fuerzas Israelíes de Defensa le respondieron con una imagen por satélite de unos depósitos dentro de Gaza que, a su juicio, contenían más de 500.000 litros de gasolina. «Pregunten a Hamás si pueden tomar algo», recomendaba el mensaje con negra ironía.
Situación desesperada
Más seria, en cambio, se muestra la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advierte de que «para la gente de Gaza la situación es desesperada y se volverá catastrófica sin el envío seguro y continuado de combustible, suministros y asistencia humanitaria adicional». El lunes, con ayuda de la UNRWA, la OMS pudo mandar 34.000 litros de combustible a cuatro hospitales del sur de Gaza y de la Media Luna Palestina. Pero eso solo daba para mantener durante poco más de 24 horas las ambulancias y algunos servicios de urgencias.
A la espera de que entre más ayuda humanitaria, en Gaza ya se han visto obligados a cerrar seis hospitales. El último en interrumpir sus servicios de emergencia es el hospital de Indonesia, que funciona con su capacidad muy limitada. La situación es acuciante para pacientes especialmente vulnerables como los mil que dependen de máquinas de diálisis, los 130 bebés prematuros que sobreviven en incubadoras y quienes se hallan en la UCI. Todos ellos podrían morir si los generadores eléctricos que alimentan sus hospitales se quedan secos. Por falta de medicamentos, igual de complicado lo tienen los 2.000 enfermos de cáncer que reciben su tratamiento en el Hospital Turco de la Amistad, el único oncológico de la Franja y que opera también a medio gas.
En la tercera semana de guerra ya desde el salvaje ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, Israel endurece sus bombardeos masivos sobre Gaza. En la zona norte, una de las más castigadas por la artillería, el hospital Al Shifa está al 150 por ciento de su capacidad y, al igual que en otros centros, los médicos se ven obligados a operar sin anestesia ni calmantes.
Saturación
Con 6.546 muertos contabilizados por el Ministerio de Salud palestino, de los que 2.704 son niños, 17.500 heridos abarrotan los hospitales o necesitan atención médica. Mientras tanto, 600.000 desplazados internos que se han quedado sin casa o huido por los bombardeos se cobijan en tiendas en 150 instalaciones de la agencia de la ONU para los refugiados. «Nuestros refugios están cuatro veces por encima de su capacidad. Mucha gente está durmiendo en las calles y los centros actuales están saturados», avisó la UNRWA.
Con 6.546 muertos contabilizados por el Ministerio de Salud palestino, de los que 2.704 son niños, 17.500 heridos abarrotan los hospitales o necesitan atención médica
En medio de esta catástrofe, se suceden los esfuerzos diplomáticos por lograr un alto el fuego que permita aumentar la ayuda humanitaria a Gaza. Tras pasar por Israel y Cisjordania, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, llegó este miércoles a El Cairo para reunirse con su homólogo, Abdelfatah Al Sisi. Ambos coincidieron en contener la guerra para que no salpique a otros lugares de Oriente Próximo como el propio Egipto. Aunque algunas informaciones israelíes apuntan a que este país estaría construyendo un hospital de campaña para atender a pacientes de Gaza cerca de la frontera, Al Sisi reiteró su rechazo a recibir refugiados palestinos para no extender a su territorio el conflicto con Israel. La CNN, por su parte, apunta a que Egipto estaría reforzando su muro fronterizo con Gaza para impedir una avalancha de refugiados en caso de que la ayuda humanitaria siga menguando y las bombas aumentando.