Las elecciones griegas se convierten en un duelo entre el conservador Samarás y el izquierdista Tsipras
El líder del centro-derecha ofrece prudencia y garantías para que el país no salga del euro; su adversario se presenta como el audaz político que romperá con el pasado y se atreverá a enfrentarse a la UE, al FMI y al BCE
Las elecciones griegas se han convertido en un duelo casi personal entre Antonis Samarás , líder de Nueva Democracia (centro-derecha), y Alexis Tsipras , al frente de la coalición izquierdista Syriza. En su discurso de cierre de campaña, Samarás presentó el voto ... del próximo domingo como una elección crucial entre el euro y el dracm a, entre Europa y el aislamiento, entre la seguridad y el desorden. El mensaje implícito es que él representa el euro, la vuelta al corazón de Europa y la estabilidad.
Pero Samarás representa también a la casta de los viejos políticos que han hundido a Grecia en su actual tragedia. Esta es la principal baza que juega en su contra. Tsipras, de 37 años, ha sabido capitalizar el voto no solo de los desesperados, que poco tienen que perder, sino también el de muchos griegos hartos de la antigua clase política y de su clientelismo. Con su aire juvenil y descorbatado ha conseguido que un buen número de helenos que nada comparten con la extrema izquierda apoyen su osada apuesta. El líder de Syriza rechaza de frente las condiciones de austeridad impuestas como condición para que Grecia reciba los 130.000 millones de euros que necesita para su supervivencia. Y confía en que, a la postre, la Unión Europea y, en especial, la canciller alemana, Angela Merkel, se plieguen a su envite para evitar una crisis paneuropea que se propagaría a través de España e Italia. Claro que , si no se pliegan, Grecia entraría en bancarrota y podría verse obligada a abandonar el euro.
Frente a esta temeraria estrategia Samarás apuesta por la prudencia. Pide renegociar las duras condiciones del ajuste , pero desde la garantía de que no habrá fuertes sacudidas ni salida del euro. Y se esfuerza día a día en demostrar a sus compatriotas en que ha aprendido la lección de la historia y que ya no es el político oportunista y bizantino del pasado, sino un hombre de Estado conciliador y de altas miras. El estratega que exige la tragedia griega y la grave crisis por la que atraviesa la eurozona.
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