Cameron hace a Clegg una «gran oferta», sin prometer sistema proporcional

A pesar de estar tentado inicialmente a intentar gobernar en minoría , tal vez buscando el apoyo de los ocho diputados unionistas del Ulster, la actitud de Gordon Brown de permanecer de momento en Downing Street ha obligado a Cameron a jugar la carta de un pacto estable con la formación de Nick Clegg.

En una comparecencia pública, Cameron ofreció como contrapartidas “considerar la reforma electoral” (fue lo máximo a lo que llegó en este punto), un acuerdo sobre ciertas mejoras en el sistema escolar, la reducción de emisiones de carbono y la reforma del sistema fiscal, siguiendo las condiciones puestas por Clegg durante la campaña electoral. Como elementos no negociables indicó que un Gobierno presidido por él no entregaría más poder a la Unión Europea, no sería “débil” en inmigración y mantendría “fuertes las defensas del país”. Ahora deben ser los liberal-demócratas quienes respondan a la oferta.

Cameron agradeció a Clegg que reconociera el derecho de los “tories” a ser los primeros en intentar formar Gobierno. Sobre el crucial de la reforma del sistema electoral, su máxima concesión, al menos por ahora, fue el compromiso a la creación de una comisión integrada por todos los partidos para estudiar la reforma. Aquí precisó que los dos partidos mantienen sus posiciones divergentes sobre el procedimiento electoral.

El líder tory, que se ha quedado a 20 escaños de la mayoría absoluta , hizo un esfuerzo en aparecer como la persona que ha recibido el mandato de las urnas para formar Gobierno. Para reforzar ese papel, recordó que los “tories” han logrado dos millones de votos más que los laboristas y han obtenido más porcencentaje de votos que los logrados por Blair en su mayoría absoluta de 2005. También que el ascenso conservador es mayor que el liderado por Thatcher en 1979 en su llegada al poder.