La seguridad de un orador convencido

Hijo de banquero y nieto de una aristócrata rusa que huyó de los bolcheviques, tuvo la infancia propia de la clase pudiente inglesa, con una educación privilegiada. Pero esa mezcla de sangre es también razón de una apertura de mente geográfica. Su madre holandesa, además del idioma, le dio una inclinación por el continente. Tras estudiar Antropología y Arquelogía en Cambridge, Clegg viajó por Europa del Este, hizo escala en Estados Unidos y concluyó su formación académica con un postgrado en Brujas, donde coincidió con la española Míriam González Durántez.

Clegg parece tomarse su tiempo en llegar, pero cuando lo hace pasa por delante. Asegura que tuvo un interés por la cosa pública desde temprano, pero sus estudios universitarios primeros no parecían llevarle a esa meta. Pasó cinco años como eurofuncionario (trabajó para el comisario británico Leon Brittan, como Míriam lo hizo luego para Chris Patten, ambos del Partido Conservador) y sólo después optó a ser eurodiputado (1999-2004).

Para la candidatura fichó por los liberal-demócratas, tras tiempo en contacto con ambientes conservadores sin que se hubiera afiliado. En 2005 pasó a ser diputado de los Comunes, y en 2007 se hizo con el liderazgo del partido. Lleva menos tiempo que Brown y Cameron de líder y la opinión pública no había reparado en él en los debates semanales del Parlamento. Pero al final llegó a los enfrentamientos televisados y destacó.