Beppe Grillo comienza la recogida de firmas para que Italia abandone el euro

Beppe Grillo echa así leña al fuego en un país lleno de tensiones, con los líderes políticos en dificultad y sin controlar sus propios partidos, cosa que le ocurre al primer ministro Matteo Renzi con su Partido Democrático (PD), a Silvio Berlusconi con Forza Italia y al propio Grillo con su M5E.

Es inevitable que surja así el fantasma de elecciones anticipadas, teniendo en cuenta este clima de todos contra todos y de todos contra uno, Matteo Renzi, quien encuentra enormes dificultades para sacar adelante sus reformas, como se reflejó ayer con la huelga general, de naturaleza política, realizada por los principales sindicatos.

Un clima tan envenenado y enrarecido que consiente a Grillo de soñar un 2015 lleno de desastres políticos y financieros. «¿Llegará la Troika (los técnicos del BCE , FMI y UE ) para hacerse cargo de las cuentas de Italia?», se pregunta Grillo. Y se responde con un pronóstico negro y dramático: «Quizás en primavera. Lo cierto es que basta un soplo para hacer caer al gobierno». Si Mario Draghi no hace que intervenga el BCE, «el 2015 será recordado como el año de la salida del euro o de la bancarrota», afirma Grillo.

En la práctica, un colapso. «Que Grillo piense en ello no debe sorprender, pero que algunos lo ayuden por necedad o irresponsabilidad inquietante», subraya el Corriere della Sera, al analizar las enormes dificultades que está teniendo el primer ministro. El propio Matteo Renzi ha amenazado a la minoría del PD que si él fracasa, la alternativa será la Troika .

Detrás de esta campaña para salir del euro de Beppe Grillo se ve el deseo de relanzar su Movimiento y su propia imagen, porque la realidad es que el sueño populista del cómico ha fracasado estrepitosamente. Recorrió Italia proclamando la revolución de la democracia digital: su objetivo último era «cargarse» el parlamento, y por eso gritaba «todos a casa», al tiempo que gritaba “la red es soberana”.

Grillo se montó una plataforma de internet para permitir a los ciudadanos discutir sobre las propuestas de ley y otras iniciativas. «Un experimento sin precedentes», lo calificó Grillo. Poco después de un año, queda muy poco del sueño inicial: el debate en el foro de internet controlado por Grillo se reduce cada vez más, con unos cientos de militantes, y de los 90 textos presentados en la Red para su votación solo 7 se presentaron en el Parlamento, sin que ninguno de ellos fuera aprobado.

Grillo ha tenido que reconocer que está «cansado» y ha dado un paso atrás, nombrando un directorio de 5 parlamentarios al frente del M5E. En realidad, los que están cansados de Grillo son los militantes del Movimiento y sus potenciales votantes.

En las elecciones regionales celebradas el pasado 23 de noviembre, en Emilia Romagna, el Movimiento 5 Estrellas, que había obtenido el 25 % en las elecciones políticas del 2013, se tuvo que contentar con el 13 %, una catástrofe, porque el porcentaje fue muy inferior a las expectativas de Grillo. Peor aún fue el resultado en la región de Calabria en la misma jornada: había conquistado 233.000 (el 25 %) en las elecciones generales del 2013; perdió 200.000 votos hace 10 días.

El imparable declino del cómico está produciendo también un terremoto en el M5E, en el que crecen las deserciones y abandonos: de los 163 diputados que llegaron en el 2013 al Parlamento en las listas del Movimiento, 22 lo han abandonado ya, en su mayoría expulsados por Grillo, mientras se habla continuamente de nuevas expulsiones.

Lo abandonan incluso algunos de sus corifeos y personas conocidas que lo votaron, como el periodista Marco Travaglio que lo describe ya como el gurú suicida de una secta: «No hay palabras para describir el lento e inexorable, pero inevitable, suicidio del Movimiento 5 Estrellas, un suicidio de masas que recuerda, por dimensiones y locura, el de los 192 seguidores de la secta «Templo del Pueblo», que el 18 de noviembre 1978 obedecieron la última orden del gurú, el reverendo Jim Jones, y se quitaron la vida todos juntos en su comuna de Jonestown, en la jungla de la Guayana, bebiendo un cóctel de cianuro», escribe Travaglio. Se trata de una citación muy apropiada porque tiempo atrás el cómico había dicho en una entrevista: “Casi casi me hago una secta”.

Muchos italianos se quedan hoy perplejos al comprobar cómo Beppe Grillo ha podido perder en tan poco tiempo el enorme patrimonio político conquistado en las elecciones del 2013. La explicación es fácil: recorrió todo el país e hizo reír en sus mítines, suscitó esperanzas ante gentes angustiadas por la crisis económica, a las que prometió una revolución y la eliminación de la vieja clase política.

Pero no ha hecho nada eficaz, solo gritar: “Cada voto vuestro al M5E será como una patada en el culo a los parásitos que han destruido el país”; “el Parlamento podría cerrar mañana, porque es un monumento a los caídos, la tumba maloliente de la Segunda República”, reiteraba Grillo en las plazas de Italia. Para seguir produciendo efecto cada vez ha disparado frases con más agresividad y fuera de la realidad, perdiendo así en el camino amigos y simpatizantes.

Hoy esas frases que un tiempo parecían ingeniosas, ya no tienen gracia ni hacen reír. Suele ocurrirles a los cómicos cuando en el circo se repiten demasiado. Pero ellos pueden inventarse un nuevo número. Grillo no podrá, porque ya no es creíble.