Las vendedoras saudíes, ocultas bajo el «niqab»
El estricto cumplimiento de la ley islámica vigente en Arabia Saudí dificulta las escasas posibilidades de trabajar que tienen las mujeres
efe
En el contrato laboral que acababa de firmar solo estaba escrito que debía llevar «el velo islámico y ropa recatada». Lo que no sabía Salma era que para ser vendedora en Arabia Saudí estaría obligada a cubrirse con el «niqab» .
Esta prenda que tapa toda la cara, excepto los ojos ... , se ha convertido en parte del uniforme de trabajo en el sector del comercio abierto a las mujeres, de acuerdo a las nuevas instrucciones emitidas por el Ministerio saudí de Trabajo.
A sus 23 años, Salma recibió el aviso de su nueva empresa para que llevase el «niqab» poco antes de entrar a trabajar como vendedora en una tienda de productos femeninos de lencería y cosméticos.
A mediados de 2011, el Gobierno saudí decidió permitir la contratación de mujeres únicamente en estos establecimientos para que atendieran a clientes femeninas, con la condición de que llevasen ropa recatada y no se mezclasen con hombres.
La norma ya enfrentó entonces a las autoridades de un país conservador como Arabia Saudí con sus clérigos, aún más rigoristas, que se oponían a ese tipo de empleos para las mujeres.
Según Salma, detrás de la reciente introducción del «niqab» en la vestimenta de las trabajadoras están las presiones de la Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio (la policía de la moral del país).
Los policías «me reprendían cada vez que me veían sin esa prenda», denunció la joven.
Estricto cumplimiento da la «sharía»
En febrero de 2013, el ministro saudí de Trabajo, Adel Faqih, firmó un memorándum de entendimiento con la citada policía de la moral según el cual este cuerpo tiene la competencia de detener a los que infringen las restricciones de la sharía (ley islámica.
El mismo Faqih criticó meses más tarde la actuación de esa policía por violar ese acuerdo y entrometerse en la vida diaria de las vendedoras.
En ese sentido, Lamia, una joven de 28 años que también trabaja en una tienda de lencería, reconoció a Efe quealgunos integrantes de la policía moral solían vigilar la entrada del local y molestar a los hombres que querían entrar sin estar acompañados de mujeres.
El último aviso recibido por Lamia del Ministerio de Trabajo para las empleadas del sector insiste también en la prohibición de que se mezclen los hombres y las mujeres en los comercios.
En Arabia Saudí rige una estricta interpretación de la «sharía» o ley islámica, que impone la segregación de sexos en espacios públicos, así como fuertes restricciones a las mujeres, a las que se impide conducir y viajar fuera del país sin un varón de la familia.
En el memorando de 2013, ya se introducían rígidas normas para separar a hombres y mujeres, incluso estipulando la construcción de vallas con una altura superior a 1,60 metros y la prohibición de las empleadas de entrar en los almacenes frecuentados por los varones.
«Es muy difícil que no hable con mis colegas. Ha de haber un cierto tipo de diálogo por las propias necesidades del trabajo», afirmó Lamia.
Además, las autoridades han prohibido a las vendedoras fumar, incluso en los descansos, algo que antes tenían permitido y a lo que ahora solo tienen derecho los empleados varones.
Las vendedoras saudíes, ocultas bajo el «niqab»
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