MH370: un mes de misterios

El motivo es bien sencillo: si no se encuentran las cajas negras, es probable que jamás se averigüe por qué el avión de Malaysia Airlines cortó sus transmisiones y se desvió de su ruta a Pekín, volando con un rumbo completamente opuesto, poco después de despegar de Kuala Lumpur el pasado 8 de marzo con 239 personas a bordo. Cuatro grandes preguntas aún siguen sin respuesta:

Al principio el vuelo MH370 fue buscado en las aguas que separan Malasia de Vietnam, donde el Golfo de Tailandia confluye en el Mar de China Meridional, al temerse que el avión se había estrellado en su ruta a Pekín poco después de despegar de Kuala Lumpur. Pero su última ubicación, según los satélites espaciales Inmarsat que captaron sus señales automáticas tras desviarse de su ruta, se localiza al sur del océano Índico, en una zona entre 2.700 y 1.700 kilómetros al oeste de Australia. El problema es que, al no conocerse exactamente el lugar donde se supone que el avión cayó al mar al quedarse sin combustible, se trata de un área enorme que ocupa unos 220.000 kilómetros cuadrados, casi la mitad de la superficie que tiene España.

El avión desaparecido, un Boeing 777-200ER, contiene dos cajas negras: una que recoge datos del vuelo, como altitud, velocidad y rumbo, y otra que graba las conversaciones de los pilotos en la cabina durante la última media hora, o durante dos horas si es digital. La información que contenga es fundamental para averiguar por qué el aparato cortó sus transmisiones y se desvió de su ruta, volando durante horas con un rumbo completamente opuesto al que tenía preestablecido. Las cajas negras resisten a 6.000 metros de profundidad y tienen baterías para emitir una señal submarina que permita localizarlas durante un mes, pero podrían durar algo más.

De momento, los investigadores mantienen abiertas todas las hipótesis: desde una avería mecánica hasta un secuestro que salió mal o incluso el suicidio de alguno de los dos pilotos . La Policía ha investigado a los pasajeros e interrogado a un centenar de familiares y allegados de la tripulación sin descubrir hasta el momento nada sospechoso. Algunos expertos sostienen la teoría de que el avión pudo sufrir un fallo mecánico, como un incendio eléctrico o una despresurización de la cabina, que asfixió a sus ocupantes, pero luego siguió volando durante horas con el piloto automático hasta que se quedó sin combustible y cayó al mar en el Índico.

La hipótesis de un atentado terrorista sonó al principio tras descubrirse que a bordo del avión viajaban dos jóvenes iraníes con pasaportes robados. Pero Interpol cree que eran inmigrantes ilegales tratando de llegar a un destino europeo con sus familias. Hay quien sostiene que el avión fue secuestrado para estrellarlo contra algún objetivo como en en los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, pero ningún grupo ha reivindicado su desaparición. Esta teoría de la conspiración asegura que el avión fue derribado, pero no cuadra con que volara varias horas tras salirse de su ruta y se dirigiera a una zona del oceano Índico tan remota, deshabitada y, por tanto, sin objetivos contra los que lanzarlo.