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Los españoles, y no los rumanos, «invaden» el Reino Unido

En 2013 hubo un 42% más de trabajadores españoles dados de alta en Gran Bretaña

Los españoles, y no los rumanos, «invaden» el Reino Unido reuters

borja bergareche

«No vengo a robar a su país, vengo a trabajar porque me encanta trabajar». Así se justificaba, confuso y asediado por un insólito comité de bienvenida, Victor Spirescu nada más bajar del primer avión procedente de Bucarest que aterrizó en el aeropuerto de Luton el pasado día 1. El joven rumano, de 30 años, acompañado de su amigo Julian Barbat, tuvo la suerte, buena o mala, de ser el más fluido en inglés del puñado de pasajeros que llegaban a Londres por primera vez como inmigrantes económicos , tras el levantamiento de las restricciones a la libre circulación de ciudadanos de Rumanía y Bulgaria por varios países de la UE.

En el primer vuelo desde Bucarest el día 1 no hubo ni rastro de invasión de rumanosLe esperaban un enjambre de periodistas y dos miembros del Parlamento, que tuvieron la delicadeza de invitarle a un café. La mayor parte del pasaje estaba compuesto, sin embargo, por residentes en Reino Unido que habían vuelto a casa por Navidad. Ni rastro de la invasión de rumanos que llevan cacareando desde hace meses los sectores conservadores británicos, con el primer ministro a la cabeza.

Spirescu contó que tiene ya un trabajo como limpiacoches, pero que aspira a encontrar algo mejor para ahorrar y volver a la localidad de Pelisor en Transilvania, donde le espera su mujer, Catalina. Esta muchacha de etnia gitana ya estuvo un año trabajando en Italia, para que la joven pareja pudiera construirse una casa. Ahora le toca el turno a él de prosperar en un país más rico para poder construir una vida en el suyo.

España, segunda fuente de inmigrantes

No hubo periodistas, ni diputados, en los vuelos que llegaban de España en Año Nuevo, pero, de mantenerse la tendencia de los últimos meses, debían de ser muchos más los jóvenes que aterrizaban por primera vez en Gran Bretaña para buscarse la vida. Según las últimas estadísticas oficiales, el número de españoles inscritos en la Seguridad Social británica creció un 42% en 2013 con respecto al año, con la incorporación de 49.900 compatriotas. En el año anterior fueron 35.000 altas.

España, con una colonia estimada por la Embajada en Londres de unas 150.000 personas, es ya el segundo país que más inmigrantes aporta al Reino Unido, por detrás de Polonia, y por delante de Italia, India y Lituania. En 2009, tras el impacto del crack» de 2008, la inmigración española a Gran Bretaña entró en el «top 10» de países de origen , hasta ocupar en solo cuatro años la segunda posición.

Los expertos insisten en matizar estas cifras, que solo incluyen las altas pero no las bajas en la Seguridad Social de un fenómeno de inmigración laboral que suele durar unos años antes de volver a casa, como indica el caso del joven Spirescu. Ante la ausencia de registros fiables de residentes o de trabajadores, las inscripciones en el llamado National Insurance –al que es obligatorio cotizar para obtener un puesto de trabajo en Reino Unido– constituyen la única estadística oficial disponible para intentar cuantificar un fenónemo siempre escurridizo [puedes consultar aquí las tablas estadísticas y el último informe disponible].

Rumanos y búlgaros, en España e Italia

La cifra de españoles contrasta con el leve incremento de un 3% del número de búlgaros y rumanos inscritos en el último año , con 28.580 altas. De los tres millones de ciudadanos de estos países que ya viven en otros Estados de la UE, según la Comisión Europea, en julio de 2012 residían en Gran Bretaña 94.000 rumanos y 47.000 búlgaros. La mayoría de ellos están en Italia y España, y algunos creen que esa fuerza laboral ya emigrada podría ahora buscar las mejores oportunidades del mercado laboral británico tras el levantamiento de las restricciones a su circulación dentro de la UE.

Pero, como suele ocurrir en el debate migratorio, casi todo son apriorismos, y pocas las cifras. La gran mayoría de los 183.000 comunitarios que se instalaron en Reino Unido en el último año provienen del Sur , y no del Este de Europa, con un incremento del 52% del número de altas de italianos en la Seguridad Social (39.400 en 2013), un 45% más de portugueses (28.000) y un 31% más de griegos (9.000) que en el año anterior.

Estas cuatro nacionalidades, las más afectadas por la crisis en la zona euro, supusieron el año pasado casi el 70% de la inmigración comunitaria a Gran Bretaña. «Esta nueva oleada es diferente, los europeos del Sur se mudan en parte por las oportunidades que ofrece Londres pero, sobre todo, lo hacen por las oportunidades que no encuentran en casa», explicaba recientemente « The Economist » en su análisis de estas cifras. Las comparaban con el perfil de empleados de las finanzas concentrado en los barrios buenos de Londres que caracterizaba a la inmigración española, italiana o francesa de antes de la crisis.

El gobierno presidido por David Cameron, en su estrategia de endurecer su discurso sobre la inmigración, ha planteado establecer un cupo anual de 75.000 inmigrantes comunitarios. La idea suscitó fuertes críticas de los socios liberales de Cameron, de aliados europeos clave como Polonia y de la Comisión Europea. Pero el propio primer ministro reiteró en la BBC el domingo que la propuesta sigue sobre la mesa, y que quiere proponer a sus socios en la UE alternativas para limitar el peso de la inmigración.

Entre sus «líneas rojas» figuran la reducción de la inmigración comunitaria –que quiere lograr imponiendo restricciones a los potenciales nuevos Estados miembros que se adhieran a la UE con niveles de renta inferiores a la media– y la limitación de su acceso a las ayudas sociales, como el subsidio de desempleo o la sanidad pública. Cameron también ha ordenado al ministerio de Interior deportar a los inmigrantes , aunque sean ciudadanos comunitarios, que practiquen la mendicidad o no tengan techo.

Los conservadores se han comprometido a reducir la inmigración anual neta al Reino Unido por debajo de las 100.000 personas. En clave electoral, las europeas de este año y las generales previstas para mayo de 2014 han situado además la inmigración en el corazón del debate político. Según un sondeo publicado este martes, el 77% de los británicos quiere reducir la inmigración, y un 56% defiende reducirla «mucho». Se trata, según los expertos, del clima de opinión más negativo de los últimos años, según las series históricas del estudio British Social Attitudes .

Pero las últimas cifras de inmigración completas publicadas, que abarcan hasta finales de septiembre del año pasado, indicaban un saldo positivo de 182.000 personas, con un incremento de 15.000 inmigrantes, el primero en dos años. Al alejamiento estadístico de un objetivo electoral clave para los «tories» se suman las críticas lanzadas esta misma semana por Vince Cable, el ministro liberal de Industria, que califica ese objetivo de «arbitrario» e imposible de alcanzar.

El registro de españoles se ha cuadruplicado en los cinco años desde 2008Según las estadísticas oficiales, entre septiembre de 2012 y septiembre de 2013 se dieron de alta 45.527 españoles en el National Insurance. En 2011/2012 fueron 30.410, 24.364 el año anterior, 13.172 en 2009/2010, y 13.774 el año anterior, el primero ya bajo los efectos de la crisis. Entre 2002 y 2008, el flujo de trabajadores españoles inscritos osciló entre los 9.000 y los 11.000 cada año [puedes ver aquí las tablas], por lo que la cifra se ha cuadruplicado en los últimos meses.

Por su parte, hay más de 300.000 británicos inscritos como residentes en España, aunque la colonia está estimada en entre 600.000 y un millón de personas, en su mayor parte formada por jubilados que aspiran a pasar su tercera edad en un país cálido dotado de buenos servicios públicos.

Por comparación, en el periodo 2012/2013 se registraron 17.824 rumanos (Rumanía es el noveno país que más altas produjo), por 10.398 búlgaros (puesto 18 en la tabla). Por ahora, el gobierno británico no ha querido cuantificar cuál será ese flujo tras el levantamiento de las restricciones a la libre circulación entre los países de la UE de los ciudadanos de estos dos países, establecidas por nueve países europeos (incluidos España, Francia y Alemania además de Reino Unido, entre otros) en el momento de la adhesión de Bucarest y Sofía en 2007.

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