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Salmond, «santo patrón del optimismo ciego»

La oposición escocesa acusa al líder nacionalista de lanzar propuestas «sin la etiqueta del precio» en su Libro Blanco

Salmond, «santo patrón del optimismo ciego» reuters

borja bergareche

La campaña por el «No» a la independencia y los partidos de la oposición escocesa han tardado pocas horas en pasar al contraataque, tras la presentación el martes del Libro Blanco de la Independencia de Alex Salmond. Alistair Darling, exministro de Finanzas laborista y portavoz de la coalición «Mejor Juntos», ha denunciado este miércoles que las propuestas independentistas del gobierno escocés venían «sin la etiqueta del precio», mientras que un diputado conservador calificaba a Salmond, en un acalorado debate en el parlamento escocés, de «santo patrón del optimismo ciego».

«Al Libro Blanco le falta precisión, tiene incorrecciones, y está incompleto», denuncianLos presupuestos del gobierno, recordó Darling, tardan en desintegrarse al menos un par de días. «El Libro Blanco ha necesitado solo una noche» , denunció. «Le falta precisión, tiene incorrecciones, está incompleto, y no sirve como base para tomar una decisión tan trascendental», dijo Darling, que estaba al frente de la economía británica en 2008, con Gordon Brown de primer ministro. Según la denuncia de la campaña por la unidad de Gran Bretaña, un documento de 649 páginas contiene únicamente una sola dedicada a explicar el marco financiero de la independencia.

«Quienes vivimos en Escocia tenemos derecho a saber si este manifiesto, porque eso es lo que es, aguanta un escrutinio», reivindicó Darling en rueda de prensa. Y su veredicto es que no. «Estoy enfadado», dijo, reflejando la frustración de muchos ante la falta de respuestas en un documento del que se esperaba que solventara todas las preguntas. La tabla financiera de la página 75 recoge, en efecto, las cuentas solamente del primer año de la hipotética independencia, el curso 2016/2017.

Gastos de transición no presupuestados

La campaña contra la independencia denuncia, por ejemplo, que la partida de gastos, de 76.000 millones excluido el servicio de la deuda, no recoge ninguna partida para los costes de la transición a la independencia. «Hablamos del primer año de la independencia, ¿recuerdan?», denunció Darling, quien se refirió a modo de ejemplo al coste de 700 millones que el propio gobierno escocés estima para poner en marcha una hipotética Agencia Tributaria Escocesa.

En la columna de ingresos, estiman que los ingresos por el petróleo del Mar del Norte, que el Libro Blanco cifra en una horquilla de 8.100-9.500 millones, ascenderán en realidad a 5.700 millones de euros con un precio del barril de 97 dólares y no de 113, como calcula el gobierno escocés . Asignando un 90% de los ingresos totales a una hipotética Escocia independiente, la cosa se quedaría en 5.100 millones. «Lo que no se puede hacer es asumir el escenario más optimista y darlo por hecho en tus cálculos», denuncia Darling.

En relación a la deuda pública, calculan que el declive de las reservas de petróleo previsto podría dispararla a partir de 2020 hasta el 230% del PIB en 2060, mientras que en el Reino Unido las cifras oficiales prevén que la deuda comience a disminuir a partir de 2017. En cuanto al déficit, la campaña unionista lo sitúa en el 5,2% del PIB en 2016/2017, mientras que el documento de Salmond ofrece una horquilla de 2,5%-3,2% .

Según explican, las cifras del Libro Blanco son «excesivamente optimistas» y se refieren solo al primer año de la independencia, que será el más positivo del periodo. Las que avanzan ellos son, dicen, «realistas, ni siquiera usamos las más pesimistas». Y denuncian que el Libro Blanco no contenga proyecciones financieras más allá del primer año separados. « Los nacionalistas deben tener esas cifras y deben publicarlas , no le han puesto etiqueta de precio a ninguna de sus promesas», dijo Darling el miércoles por la mañana.

Subsidios familiares

Por la tarde, en un acalorado debate en el parlamento escocés, Salmond tardó apenas unos segundos nada más tomar la palabra en devolverle los cañonazos. «Hay que felicitar al señor Darling porque, como era desgraciadamente predecible, tardó solo una hora en criticar el Libro Blanco», afirmó el presidente escocés. «Según mis cálculos, leyó a una velocidad de 3.000 palabras por minuto», dijo. El Libro Blanco contiene 170.000 palabras en 649 páginas.

De vuelta a la prosaica dinámica parlamentaria, a Salmond, más allá de la retórica, solo le quedó aferrarse a la propuesta más electoralista de su «manifiesto»: la promesa de transformar las ayudas familiares garantizando un subsidio equivalente a treinta horas semanales de escolarización para los niños de tres y cuatro años. «La independencia nos daría la oportunidad de gastar menos en armas de destrucción masiva», dijo, en referencia a su propuesta de sacar los submarinos nucleares británicos de aguas escocesas, «y más en gastos sociales».

«Si esa revolución en las ayudas familiares es tan importante, ¿por qué no empezamos ya?», le replicó Johann Lamont, la líder laborista, segunda fuerza escocesa. El debate discurrió entre los suspiros y risas de conservadores, laboristas y liberales ante la grandilocuencia nacionalista, y la indignación y abucheos en las filas del Partido Nacionalista Escocés ante las críticas de la oposición. Lamont denunció, recogiendo el principal punto débil de la propuesta independentista, que «el Libro Blanco es incapaz de avanzar qué moneda tendría una Escocia independiente».

Salmond, «deidad del positivismo»

Salmond, por su parte, recurrió a la balanza fiscal para reiterar, como hace el Libro Blanco, que Escocia aporta el 9,9% de la recaudación fiscal en Reino Unido mientras que recibe solo el 9,3% del gasto , según las normas que regulan la distribución del gasto entre las distintas regiones, conocida como fórmula Barnett. «Si crecen los ingresos en Escocia, estos se pierden en el Tesoro en Londres», denunció, en referencia a que es el parlamento de Westminster (en el que escocia elige a 59 diputados de un total de 650) el que decide el destino de los gastos.

El parlamento escocés, en la actualidad, controla solo el 7% de los ingresos, aunque está previsto que en 2016 asuma competencias sobre el 15%. ¿Cómo pagarían la reducción del 50% en la tasa de los pasajeros de avión? ¿Por qué iba el Reino Unido a sufragar los subsidios a las energías renovables de una Escocia independiente? ¿Quién cree que la Armada seguiría construyendo sus buques en los astilleros de un país extranjero, por primera vez en su historia?

Estos y otros interrogantes planteados por la oposición escocesa no encontraron ayer respuesta en Salmond, ni esta se esconde entre las 649 páginas de su Libro Blanco. Por eso, Willie Rennie, entre las risas de unos y los abucheos de otros, auguró que una Escocia nacionalista terminaría adorando a Salmond como «deidad del positivismo» y «santo patrón del optimismo ciego».

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