La guerrilla kurda del PKK reorganiza a su cúpula dirigente

El movimiento ha intrigado a expertos y analistas. Murat Karayilan está considerado como un leal a Öcalan y uno de los más firmes defensores de la negociación con el gobierno turco, por lo que no está claro si su designación como jefe del aparato militar es un revés a este proceso, o una forma de reforzar el control sobre los combatientes en un momento tan delicado. La guerrilla inició su retirada de territorio turco a principios de mayo por órdenes de Öcalan.

«La primera parte del proceso de resolución ya se ha completado. Es hora de que el estado turco y el gobierno den pasos concretos y hagan los ajustes legales requeridos para la segunda fase del proceso», dijo la organización en un comunicado. Las negociaciones de desarme amenazan con naufragar ante lo que los nacionalistas kurdos perciben como políticas agresivas del gobierno, contrarias al proceso de paz.

El PKK y sus partidarios se han mostrado muy crítico con el gobierno por el aumento de efectivos en las guardias rurales de los «korucular» (milicias armadas por las autoridades para combatir a la guerrilla), y la planificada construcción de más de un centenar de nuevos puestos militares y de la gendarmería, que, según la organización, «siembran dudas sobre el proceso y crean riesgos de bloquearlo». El pasado 28 de junio, un joven kurdo murió por disparos de las fuerzas de seguridad cuando un grupo de manifestantes trató de acceder al recinto de construcción de uno de estos puestos militares en la localidad de Kayacik, en la región de Diyarbakir.

Por ello, el entorno nacionalista kurdo ha protagonizado decenas de incidentes dramáticos en las últimas dos semanas, incluyendo ataques a edificios con cócteles molotov y quema de vehículos policiales. Además, militantes kurdos han comenzado a establecer retenes de vigilancia en las carreteras del distrito de Cizre, en el sureste de Turquía, de mayoría kurda.