Condenado a muerte por corrupción el exministro de Ferrocarriles chino

A tenor del Tribunal Popular Intermedio número 2 de Pekín , Liu Zhijun se aprovechó de su cargo y ayudó a once personas a conseguir ascensos o ganar contratos a cambio de unos sobornos que ascendieron a 64,6 millones de yuanes (8,2 millones de euros) entre 1986 y 2011 . Destituido en febrero del año pasado, el antiguo responsable del Ministerio de Ferrocarriles era una poderosa figura dentro del régimen chino por el impulso que han recibido las infraestructuras del país gracias al crecimiento económico de las tres últimas décadas.

Desde que accedió al puesto en 2003, Liu Zhijun, de 60 años, había abanderado la modernización de la gigantesca red ferroviaria de este país, que ya cuenta con más de 9.300 kilómetros de alta velocidad . Pero, al mismo tiempo, su Ministerio se enfrentaba a un alto nivel de endeudamiento y muchas de sus inversiones habían quedado en entredicho, sobre todo después de que 40 personas murieran en julio de 2011 al descarrilar un tren de alta velocidad cerca de Wenzhou , en la provincia oriental de Zhejiang . Dicho accidente causó un gran escándalo social que puso de manifiesto los fallos de seguridad de los «trenes bala» chinos, que se vieron obligados a reducir su velocidad.

Cruzada contra la corrupción

Para controlar el gigantesco Ministerio de Ferrocarriles , el régimen chino lo unió el pasado mes de marzo al de Transportes . Una fusión que ya había intentado hace seis años, pero a la que Liu Zhijun se había resistido para no perder su poder.

El extitular de Ferrocarriles es el político de más alto rango en ser condenado por aceptar sobornos desde la toma de posesión del nuevo presidente Xi Jinping , quien está liderando una cruzada contra la corrupción que corroe al autoritario régimen chino. De hecho, era el caso más grave al que se enfrentaban los tribunales hasta que, poco después de su caída en desgracia, fue detenido Bo Xilai , el influyente secretario del Partido Comunista en Chongqing cuya esposa, Gu Kailai, fue condenada a muerte el pasado verano – con otra sentencia suspendida – por envenenar a Neil Heywood , el socio británico que les estaba ayudando a evadir su fortuna de China. Tras desatar una auténtica lucha de poder que reveló la corrupción reinante entre las autoridades, el régimen aún debe juzgar a Bo Xilai.