SUDÁFRICA
Un showman liberó a Mandela
El promotor Tony Hollingsworth organizó el primer concierto de Mandela en el estadio de Wembley el 11 de junio de 1988, convirtiendo al líder antiapartheid en un icono global
Jaime Velázquez
Ni embajadores, ni políticos, ni activistas; la música salvó a Nelson Mandela. Sting, Dire Straits, Simple Minds, Whitney Houston y Steve Wonder obraron el milagro en un concierto de 83 artistas que logró meter en los hogares de 67 países a un hombre ... que hasta el momento era considerado un líder terrorista por la mitad de los canales de noticias.
Gracias al evento en el estadio londinense de Wembley por su 70 cumpleaños, celebrado el 11 de junio de 1988, unos 600 millones de espectadores conocieron por primera vez a Mandela; ni siquiera sabían que en realidad su aniversario era un mes después, el 18 de julio.
Tras una retransmisión masiva apoyada por las principales estrellas de los 80, el activista antiapartheid se convirtió en un icono global, y su salida de prisión era ya inevitable. Un año y medio después Nelson Mandela salía de la cárcel para negociar la transición hacia una democracia multitrracial en Sudáfrica.
Creo que esa fue nuestra contribución, aceleramos la puesta en libertad de Mandela y el fin del apartheid», explica el promotor de aquel primer concierto, Tony Hollingsworth .
El promotor visita estos días Johannesburgo, en los momentos más difíciles del hombre que ayudó a salir de la cárcel , que a sus 94 años de edad lucha por su vida en un hospital de Pretoria.
Tony Hollingsworth , de 55 años, era un joven empresario del espectáculo cuando se acercó al arzobispo Trevor Huddleston , presidente del Movimiento contra el Apartheid británica (AA), para proponer un homenaje musical a Nelson Mandela.
«Le dije a Trevor que el Congreso Nacional Africano (CNA) y el movimiento antiapartheid habían llegado a su techo de cristal, que no podían llegar más lejos», recuerda Hollingsworth.
«Todo lo que estáis haciendo es «anti», hay gente protestando en las calles, pero seguiréis en ese espacio. Mucha gente estará de acuerdo, pero no llegaréis ellos. Mandela debe ser visto como algo positivo, confiable, alguien con el que te gustaría estar en tu salón».
Su propuesta fue librar a Mandela de la etiqueta de «terrorista» y atraer a un público masivo para que el movimiento pudiera explicar a los políticos que al ejercer presión para su liberación estarían haciendo algo muy popular entre su electorado.
El arzobispo T revor Huddleston y Mike Terry , jefe del movimiento en Londres, estaban de acuerdo con la idea, pero Hollingsworth encontró la oposición de muchos escépticos en las filas del CNA y el AA. Incluso el propio Mandela había pedido en repetidas ocasiones que la lucha no debía ser sobre él, y que quería ser el último preso en ser liberado.
«Todo tenía que ser acerca de las sanciones contra Sudáfrica. Mucha gente me criticó por «disfrazar» el evento en un homenaje musical. Les dije que tenía que ser un concierto, sin política, de lo contrario las televisiones habrían escapado».
Líder «terrorista negro»
Mientras Hollingsworth lidiaba con los artistas, Mike Terry trataba de convencer al ANC y el AA de utilizar a Mandela como el símbolo de toda la lucha contra el apartheid. Finalmente se firmaron contratos por 11,30 horas de retransmisión con las principales televisiones de todo el mundo.
«Firmamos con la sección de entretenimiento de las televisiones. Cuando los jefes de departamento llegaban a casa y veían que en las noticias de su canal estaban llamando terrorista a Mandela, llamaban directamente al director de informativos y le decían, no llaméis terrorista a este hombre, acabamos de firmar 11 horas de transmisión sobre él», explica el promotor británico.
«Así es como conseguimos que Mandela dejara de ser un lí der terrorista negro para convertirse en un líder negro . No puedes sacar de la cárcel a un terrorista, pero puedes sí puedes sacar de la cárcel a un líder negro».
El evento resultó ser un gran éxito, y Tony Hollingsworth recibió cartas de agradecimiento de muchos líderes del ANC y el AA, como Oliver Tambo y el Arzobispo Trevor Huddleston.
«Nunca hablamos de aquel concierto»
El promotor conoció a Nelson Mandela dos años después, en un segundo concierto de homenaje por su liberación en Londres. « Nunca hablamos de aquel primer concierto . Él estaba con una delegación de 20 personas y solo le vi cuando fui a los camerinos para llevarles al escenario donde debía dar su discurso», recuerda Hollingsworth.
Les dije que si querían ir al baño, ese era el momento oportuno. Cuando toda la gente salía de la habitación, sentí la mano de Mandela en el hombro, quería ir al baño. Lo llevé hasta allí y cuando terminamos nos dimos cuenta de que el personal de seguridad había cerrado la habitación».
«Después de un tiempo, nos las arreglamos para salir por una puerta diferente y tuvimos que ir al escenario a través de una zona pública. Esa es mi historia de cómo me quede encerrado en un baño con Nelson Mandela».
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