El Polisario saca a los cooperantes no imprescindibles de los campamentos de Tinduf

La mayoría de los que se encuentran en la zona son españoles. Se quedan por el momento aquellos que desempeñan tareas relacionadas con la seguridad alimentaria, asistencia médica o salud. Entre ellos se encuentran trabajadores de Médicos del Mundo o de la ONG vasca Mundubat que trabajan en un programa de distribución de alimentos de primera necesidad.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación «ha desaconsejado la presencia en toda la zona de conflicto» de los cooperantes, según un comunicado de la noche del martes. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha sido la encargada de ponerse en contacto con las diferentes ONG para comunicarles «el serio agravamiento de la situación de seguridad en el Sahel», y más concretamente lo ocurrido en Argelia y Malí. El Gobierno español, añade el texto, sigue la evolución del conflicto en la zona con las autoridades del Polisario, las de Argelia y las de Naciones Unidas.

Es una «medida preventiva», añade Beyún, debido a la situación que se vive en la región tras la escalada de tensión y violencia por la intervención francesa en la guerra de Malí y el atentado de Al Qaida contra una planta de gas en el sureste de Argelia .

No hay una amenaza concreta pero sí reconocen fuentes de una de las ONG alertadas por las autoridades españolas de que la seguridad se ha deteriorado en toda la región , amplísima y de fronteras muy porosas.

El Frente Polisario había incrementado las medidas de seguridad alrededor de los cooperantes a raíz del secuestro en octubre de 2011 de dos españoles y una italiana que vivían en la sede del Protocolo en la localidad de Rabuni, capital administrativa de los saharauis.

Durante ese secuestro el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, pidió la salida de todos los trabajadores humanitarios españoles ante el riesgo inminente de nuevas acciones terroristas . La medida no fue obedecida por todas las organizaciones humanitarias. Sobre el terreno distintas agencias de la ONU entendieron que no era necesario sacarlos a todos .

La Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara (CEAS Sahara), que fue tremendamente crítica con el anuncio de Margallo entonces y llegó a organizar un viaje a la zona, entiende ahora, según un comunicado, que «la coyuntura actual es claramente diferente y mayor peligrosidad» y no se trata de «una acción improvisada y unilateral» como la ordenada entonces por el jefe de la diplomacia española.

Ainhoa Fernández, Enric Gonyalons y Rosella Urru no fueron liberados hasta julio de 2012 tras pasar nueve meses en el norte de Malí en manos del Movimiento por la Unidad y la Yihad en el Oeste de África (Muyao), un grupo terrorista de nuevo cuño del entorno de Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI).

El Muyao es una de las facciones que se enfrenta estos días en Malí a la coalición internacional de franceses y malienses , a la que pronto se unirán en el terreno tropas de varios países africanos.