Madrid inaugura la estatua en honor de La Legión española, la unidad que cortó la sangría de muertos en África

El martes, a las 17:00, en una ceremonia que se espera multitudinaria, el pueblo de la capital dará la bienvenida a la estatua

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Salvador Amaya trabaja en la obra, que representa a un legionario en la época fundacional ABC

El sueño comenzó hace más de un año, y mañana se hará realidad tras diferentes cambios de agenda. Este martes, 8 de noviembre, se llevará a acabo en Madrid la inauguración de la estatua en honor de La Legión española. El acto, al ... que asistirá el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, se celebrará a las 17:00 horas en la esquina entre las calle de Vitrubio y la de José Gutiérrez Abascal; el lugar en el que descansa el colosal soldado alumbrado por el escultor Salvador Amaya desde el pasado 20 de septiembre. Más de un mes después. La espera ha llegado a su fin.

Aunque no ha sido fácil. Desde la semana pasada, llegan informaciones contradictorias sobre la inauguración. Según ha podido saber ABC, en principio la ceremonia será de carácter civil, aunque participarán un alto cargo de La Legión junto a un representante de cada uno de los cuatro Tercios que forman la unidad.

n declaraciones a este diario, personas cercanas a la organización han explicado que lo más probable es que, desde el Ayuntamiento, «se porte una corona de flores, o alguna ofrenda» en honor a los caídos. También han especificado que no todas las organizaciones y personajes que guardan relación con la escultura han recibido invitación.

De lo que sí están seguros es de que «los madrileños acudirán en masa a rendir homenaje a La Legión», forjada en los años veinte para evitar la sangría de bajas que se producía en las guerras de África. Un evento, por cierto, que ha permanecido en el aire desde que los operarios transportaron a este gigantesco legionario hasta el centro de la capital. De hecho, en principio se barruntó la posibilidad de que el acto se llevara a cabo el 12 de octubre, el Día de la Fiesta Nacional, pero, finalmente, fue pasado por alto. Ahora, al fin, el pueblo madrileño podrá honrar a estos combatientes destinados siempre en primera línea.

Así nació

Un soldado en reposo, aunque no por ello ajeno a lo que acontece a su alrededor. «Quería que fuese una imagen erguida. Siempre atento, predispuesto y en guardia». Así se imaginó Augusto Ferrer-Dalmau, el popular pintor de batallas, allá por 2020 a su legionario ideal. Después, pasó los bocetos al escultor Salvador Amaya, su binomio, para que acometiera la dura tarea de traerlo a la vida en tres dimensiones. El resultado es una estatua que fue sufragada por micromecenazgo popular. Porque, en palabras de los implicados, querían demostrar la implicación del pueblo español con el proyecto.

«La escultura es un homenaje a todos los legionarios que han pasado por este cuerpo durante cien años», afirma Amaya, autor de otras tantas obras como el monumento a los últimos de Baler, en declaraciones a ABC. Por eso no ha habido un modelo específico; tampoco la cara de un héroe concreto. Porque la idea, en sus palabras, ha sido mostrar a ese soldado anónimo que, desde la fundación del Tercio de Extranjeros en 1921, ha defendido España y acometido gestas tan llamativas como la salvación de Melilla tras el Desastre de Annual o la protección del barranco de Iguermisén. Y eso, solo para empezar. «Hoy continúan su labor. Han colaborado, por ejemplo, en la limpieza de residencias y ayudado a enfermos en hospitales».

El proyecto, explican, siempre ha estado ligado al centenario de La Legión. «Surgió desde la Fundación Museo del Ejército y nosotros recogimos el guante», afirma Amaya. A partir de ese momento, pintor y escultor se pusieron manos a la obra para dar a luz a un legionario de más de casi tres metros. Según Ferrer-Dalmau, la idea era recrear un soldado de la época de la fundación del Tercio de Extranjeros, pero que «no estuviese atacando o muriendo», sino en una posición de alerta. Eligieron esa fecha, 1921, por la importancia que tuvo para el devenir de la guerra. «Era una unidad necesaria en ese momento. De profesionales voluntarios. Hombres duros para unas guerras duras», sentencia. El escultor está de acuerdo: «Hacía falta contar con una unidad profesional»

Apoyo social

El boceto, con todo, fue orientativo. El objetivo era que Amaya «terminase de plasmarlo» y que le insuflara ese alma solo al alcance de aquellos que manejan con maestría la arcilla. Y así fue. Aunque antes consultaron a varios expertos. «Para los detalles del uniforme, por ejemplo, hemos contado con el asesoramiento de la Fundación Don Rodrigo, Antonio Aznar y Gustavo Morales , autor de 'Cien años de la Legión española: las fotografías de su historia'».

A la par, y en palabras de Amaya, iniciaron una campaña de micromecenazgo a la que la gente ha acudido en masa. «Ha sido sufragada por donativos privados de muchísima gente. Algunos han colaborado con diez euros. Estamos muy agradecidos de que la sociedad demuestre su cariño a La Legión a través de este proyecto», completa. También les enorgullece que una infinidad de legionarios hayan participado a través de pequeños pagos realizados a título privado. «Es algo muy bonito». Según desvela, cuando todavía no está claro el lugar en el que reposará, pero se barajan varias posibilidades. «El Ayuntamiento de Madrid nos ha cedido el espacio». El resto, como se suele decir, es historia.

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