El olvidado héroe español que estranguló los deseos ingleses de subyugar España

«Se trata de un personaje de especial relevancia por ser el fundador del Cuerpo de Ingenieros Militares , pero en este caso queremos poner en valor su figura en cuanto a diseñador del primer urbanismo de la ciudad de Algeciras y como constructor de fortificaciones en el litoral de la bahía para hacer frente a la presencia inglesa en Gibraltar», explica Salvador Amaya. El escultor, artífice de otros tantos monumentos como la estatua a Blas de Lezo que luce inmaculada en Madrid, habla orgulloso a ABC después de cuatro meses de ardua labor en su estudio. Lo hace sabiendo que, en una fecha tan señalada como el aniversario de la muerte de Verboom un 19 de enero de 1744 , ha sido presentada ya en territorio gaditano.

Basta disfrutar de una hora con Amaya para saber que siente amor por la historia, a la que da vida al son de la orquesta. Porque sí, como buen artista, trabaja con música clásica de fondo. Y, como apasionado de nuestras gestas que es, ha quedado cautivado con Verboom. «No sólo le debemos su pericia como organizador del Cuerpo de Ingenieros o como fortificador, no podemos olvidar que era teniente general con mando y que, como en toda buena historia, también encontramos a un villano. Fue precisamente durante el sitio de Gibraltar donde puso sobre la mesa sus desavenencias con el conde de las Torres, y el resultado de la campaña terminó por dar la razón a nuestro personaje», completa.

No olvida tampoco que, cuando Verboom llegó a España, las fortalezas ubicadas en Algeciras se encontraban en muy malas condiciones. «Él se propuso reconstruirlas de forma que contribuyeran al éxito de las acciones bélicas que se llevaran a cabo. Sus fortificaciones no sólo aseguraban el control de las ciudades y fuertes, sino que introdujo cambios que mejoraron notablemente la vida de los soldados», desvela a ABC. Por todo ello, Amaya se lanzó a colaborar cuando la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APB) le propuso el proyecto. Porque, como explica sin remilgos a este diario, «necesitamos que nuestra calles se llenen de ejemplos de vida para que nuestros hijos y nietos comprendan la grandeza del país donde han nacido».

El nacimiento de esta escultura supondrá el cénit del proceso de rehabilitación y musealización de la zona por parte de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras. Y es que, tanto la isla como el fuerte han sido determinantes para el devenir de la historia de España en general, y de esta región en particular. La primera se ganó un hueco en las crónicas clásicas cuando fue tomada por Tariq en el siglo VIII y reconquistada por  Alfonso XI  en el XIV tras un extenso bloqueo naval.

La fortaleza, por su parte, es considerada el núcleo a partir del cual nació la urbe (Al-Yazira al-Jadra) y volvió a tener un papel clave a partir del siglo XVIII. Época en la que, según explica la APB en el documental ‘El fuerte de Isla Verde’, «España lo convirtió en una posición defensiva y ofensiva desde donde enfilar Gibraltar».

Por el momento, y tal y como afirma la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, la rehabilitación del fuerte ha pasado ya por una primera fase –iniciada en 2006– en la que han sido eliminadas varias construcciones adosadas a la muralla de la fortaleza y se ha reforzado parte de su estructura. En la actualidad, el proyecto se encuentra en la recta final de la segunda etapa. La estatua de Amaya se enmarcará en la última, la cual incluirá la musealización del enclave con el objetivo de que los visitantes puedan disfrutar tanto de su historia, como de la nuestro protagonista de hoy.

¿Cómo fue el proceso de documentación para este proyecto?

Muy largo. Reconozco que apenas tengo aptitudes para bucear en los archivos, así que lo primero en lo que me preocupé fue en la uniformología y en hacer una primera aproximación al Cuerpo de Ingenieros. Para ello conté con el Teniente Coronel de Ingenieros Francisco Javier Fuentes. Ya había colaborado con él durante el monumento a los héroes de Baler, pero esta vez el monumento versaba sobre su especialidad y me proporcionó una primera toma de contacto con la fundación del Cuerpo. Por supuesto conté también con mi asesora de cabecera, Mariela Beltrán. Por otra parte, el Coronel Penalba, responsable de la ponencia del Instituto de Historia y Cultura Militar, también me facilitó un informe en el que incluía una lámina del Álbum Taccoli que resultó reveladora.

¿De qué se encargó Beltrán?

Ella es especialista en la época y estuvimos viendo, por ejemplo, si era aceptable o no ponerle bota o zapato. Durante el proceso de documentación encontró un legajo inédito, sumamente interesante, que quizá algún día se anime a sacar a la luz.

¿Cuál ha sido ese detalle del que se siente más orgulloso?

Quizás en la peluca. Es la primera vez que una de mis esculturas la lleva y trabajar en ella ha sido algo novedoso. Estuve estudiando durante varias jornadas cómo otros artistas a lo largo del tiempo habían resuelto el modelado de pelucas y al final creo que he conseguido un estilo muy personal

¿Y ese que le ha provocado algún dolor de cabeza?

El uniforme, como siempre. Cuando no existen ordenanzas o éstas son demasiado recientes a la época que se quiere representar, siempre surgen dudas. También el calzado, porque si bien en un principio le representé con botas, finalmente opté por quitárselas y ponerle zapato por motivos estéticos

¿Qué importancia tienen personajes como Verboom en nuestra sociedad actual?

Es fundamental saber de donde venimos, y sobre todo poner en valor nuestra mejor historia. Necesitamos que nuestra calles se llenen de ejemplos de vida para que nuestros hijos y nietos comprendan la grandeza del país donde han nacido, y que la gloria de servir bien a tu país les hace eternos.