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ABC Cultural

Ni fétida, ni repugnante: dos españoles destruyen los mitos de la pésima higiene en la Edad Media

Javier Traité y Consuelo Sanz recorren en un ensayo descomunal mil años de historia de la limpieza

Un trozo perdido de España: el desastre de la ciudad fundada a 2.000 kilómetros por exiliados de la Guerra de Sucesión

Hombres y mujeres se bañan juntos en la Edad Media ABC
Manuel P. Villatoro

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Son las ocho de la mañana en el centro de Madrid y los dos autores –el historiador Javier Traité y la entomóloga Consuelo Sanz de Bremond– se personan dispuestos a desentrañar los secretos del pasado más remoto. El encuentro emana cierto aroma a ... café de máquina, a ese friegasuelos de batalla que se pasa minutos antes de abrir la barra del bar y a ducha reciente. Nada que ver con lo que habríamos aspirado hace mil años. «¿A qué olía la Edad Media? Pues sobre todo a humo de leña, que se usaba para cocinar y para calentarse en todas las casas», afirma el primero. Su colega apostilla que «también olería mucho a animal de granja». Aromas profanos hoy para los urbanitas, aunque habituales todavía en la España rural. «No nos resultaría tan raro», explican casi a coro.

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