El ingrediente para que el relleno de la lasaña quede más cremoso (y no es bechamel)

Un truco sencillo con queso en crema que transforma el interior de cualquier lasaña sin complicarte la vida

Con este truco tu bechamel estará deliciosa GURmÉ

La lasaña es uno de esos platos que nunca falla. Reconfortante, sabrosa y versátil, permite combinar ingredientes a gusto del cocinero y adaptarse a cualquier estación. Pero si hay algo que marca la diferencia entre una buena lasaña y una inolvidable es la textura de ... su relleno. Aquí es donde entra en juego un truco que muchos chefs caseros aún no han probado: añadir queso en crema al relleno. Sí, como lo oyes. Ni bechamel, ni nata, ni mantequilla. Queso en crema.

Este ingrediente, habitual en untables o en postres como la tarta de queso, se revela como un comodín brillante para aportar untuosidad, cohesión y suavidad a las capas internas de la lasaña. Ya sea una versión clásica de lasaña de carne, una lasaña vegetariana de espinacas y calabacín o una más atrevida con salmón, este truco encaja (y mejora) cualquier receta.

¿Por qué funciona tan bien?

El secreto está en la textura y el contenido graso del queso en crema. Tiene la densidad justa para mezclarse con el resto del relleno sin hacerlo líquido, a la vez que le da un punto sedoso que lo eleva. Si estás usando carne picada, por ejemplo, puedes añadir una o dos cucharadas una vez que esté ya cocinada con su sofrito. Se mezcla fácilmente y transforma la textura en algo mucho más jugoso, sin necesidad de añadir más salsa.

El queso crema es mucho más que un untable GURMÉ

Y si optas por una lasaña vegetal, con espinacas salteadas o berenjenas, el queso crema ayuda a equilibrar la humedad de las verduras, evitando que el resultado final quede aguado o deslavazado.

¿Cómo incorporarlo?

No necesitas mucha cantidad: con dos o tres cucharadas por capa de relleno es suficiente para notar el cambio. Añádelo siempre una vez que los ingredientes principales estén cocinados y templados, para que se integre bien. Puedes elegir entre queso crema natural o versiones con hierbas, ajo o cebolla, si quieres un toque extra de sabor sin esfuerzo.

También puedes combinarlo con ricotta, mozzarella o parmesano rallado, si buscas una mezcla aún más rica. Eso sí, no lo uses como sustituto total de la bechamel si esta forma parte de tu receta tradicional; piensa en él como un complemento estratégico para darle cuerpo al interior sin añadir más pasos ni complicaciones.

Más allá de la lasaña

Este truco también funciona en otros platos de horno por capas o en rellenos de verduras al horno: desde unos canelones de espinacas hasta unos champiñones rellenos de carne. El queso en crema es un comodín que aporta cremosidad y une sabores, sin que robe protagonismo al resto de ingredientes.

Así que ya lo sabes: la próxima vez que prepares lasaña, prueba a incorporar este ingrediente secreto. Puede que no vuelvas a hacerla de otra manera.

Y si prefieres hacer una bechamel de las de toda la vida, toma nota del truco de Arguiñano para hacer la mejor bechamel.

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