La nueva polémica de Isabel Pantoja: quiere vender su casa de Sevilla con su cuñada japonesa dentro

Hace tiempo que se sabe que Isabel Pantoja está hasta el cuello de deudas y por eso es normal que la prensa siga el rastro de sus propiedades para ver si se mueven o no. Así hasta llegar a su piso de Sevilla, comprado antes incluso de ser novia de Paquirri. Parece que hay comprador, pero no venta. Su actual residente ha plantado la bandera de Japón y dice que no se va.

La periodista Paloma García-Pelayo revelaba en exclusiva en 'Y ahora Sonsoles' que Isabel Pantoja estaría en proceso de vender la que fue su primera inversión inmobiliaria: su piso de Sevilla, donde actualmente reside su cuñada Junco.

La cantante adquirió la propiedad muy joven, antes de su relación con Paquirri, y tras mudarse con él permitió que su hermano Bernardo se trasladara a allí con su mujer. Sin embargo, desde el fallecimiento de Bernardo en 2022, la bailaora japonesa se ha atrincherado en la propiedad y se niega a abandonar la vivienda a pesar de los numerosos requerimientos de la tonadillera para que lo haga.

«El comprador es una persona anónima. Isabel Pantoja está dispuesta a vender la propiedad para hacer frente a sus deudas millonarias, especialmente ahora que va a cantar menos», ha detallado García-Pelayo.

Tal y como ha explicado la periodista en el programa en el que colaboradora, han fracasado todos los intentos de desalojar por las buenas a la bailaora japonesa y de intentar llegar a un acuerdo cordial. Eso ha incluido la oferta de compra por parte de Pantoja con sendos burofaxes que Junco ha rechazado.

La muerte de Bernardo Pantoja a los 69 años en noviembre de 2022 puso en primera línea de actualidad a la discreta y huidiza Junco, su mujer. Una mujer cuyo nombre real es todo un misterio y que vivió por y para el padre de Anabel Pantoja hasta su muerte. Inseparables desde el día que se conocieron. La lealtad hacia su marido fue inquebrantable hasta el final.

Junco continúa viviendo en una casa que reformó para la comodidad del padre de Anabel Pantoja. Su abogada le habría aconsejado y pedido que no se marche de esta casa, para desesperación de Isabel Pantoja.

Durante años se pudo ver a la amorosa y fiel Junco acompañando a Bernardo en sus visitas al médico. No solo eso, sino que la japonesa contribuyó a la economía familiar gracias a sus ingresos como diseñadora y costurera de trajes flamencos que exporta a su país de origen.

De su historia de amor poco se sabe al margen de que Bernardo y Junco se conocieron en El Rocío y que desde ese momento se convirtieron en uña y carne. En 2017 amputaron al hermano de Isabel Pantoja una pierna y solo un año después la pareja es casó en una boda secreta en Sevilla a la que no asistieron ni Anabel ni Isabel Pantoja.

En aquellos tiempos, la tonadillera seguía en la cresta de la ola mientras Anabel Pantoja se convertía en estrella de la televisión. Dicen que Anabel nunca quiso saber nada de Junco, aunque ella lo niega.

«Me encanta para él. Ahora hablo todos los días con Junco. No entiendo de dónde sale que no me llevo bien con ella o que ella no se lleva bien conmigo. Está día a día con mi padre. Solo puedo agradecerle eso», declaraba hace unos años. Ahora no se sabe si han retomado el contacto. Que se sepa, esto no ha sucedido. Mientras tanto, Junco se hace fuerte en el piso de Isabel.