Martina Klein: «No me planteo casarme ni volver a ser madre»

Asiduamente, Klein aparece como imagen de marcas que tienen un importante mensaje detrás. Su última colaboración ha sido con Verleal, empresa de verduras que apuesta por su calidad al ser congeladas. La actriz se mostró reticente cuando le llegó la propuesta ya que «a mí no me hacía gracia el título de 'verduras congeladas'». No obstante, la curiosidad hizo que indagase y descubriese que «me gustaba el concepto». Probó y le encantó. Hecho que, sumado a que «se cultivan en España, las familias que hay detrás, la gente y el trabajo», motivó que terminase aceptando y que hable de la marca con respeto y cariño. Además, al lado de Ander González ha podido aprender un sinfín de recetas que emplea en su día a día.

Como les decía antes, la presentadora utiliza su voz pública para concienciar a la ciudadanía de asuntos que nos conciernen a todos. En sus redes sociales -y en la pequeña pantalla- habla de la importancia de la sostenibilidad. No obstante, no siempre fue así. Fue su hijo el que la inició en este mundo que ahora abandera pese a no considerarse «ejemplo de nada». «El día de la tierra, mi hijo, junto a sus compañeros de clase, fueron de oyentes a la radio. La presentadora les hizo preguntas sobre el reciclaje en casa y él levantó la mano y dijo 'en mi casa no reciclamos'. Yo estaba escuchándolo. A raíz de esto pensé que no podía ser tan mal ejemplo y desde entonces tenemos cinco contenedores diferentes en casa», confiesa Martina Klein en conversación con ABC. No sin antes puntualizar que las «instituciones y gobiernos tienen que premiar a quien lo hace bien y penalizar a quien lo hace mal. Y, sobre todo, dar ejemplo».

La argentina, con motivo del trigésimo aniversario de sus inicios en la moda, también ha abordado los obstáculos que ha tenido que sortear para ser quien es hoy en día. «He tenido muchas inseguridades. He estado siempre un poco a dieta y sintiéndome mal por mi cuerpo. Eso no es algo bonito, Antes, las modelos lo pasábamos mal porque teníamos que cumplir con ciertos cánones. Ahora, esto es como una pandemia, lo sufre todo el mundo. A medida de que pasan los años me doy cuenta de la locura de haber sido modelo en los años en los que lo fui», declara. Eso sí, Klein agradece que su carrera se haya desarrollado «poco a poco» ya que cree que «todo tardó mucho en salir para que entendiese lo que es el esfuerzo, el valor del dinero y que no se me subiese a la cabeza».

La escritura es otra de sus pasiones públicas. Tras muchas peticiones por parte de editoriales para que escribiera libros, llegó la que ella consideró la indicada: la novela infantil. «Tenía tres niños en casa y conocía la forma en la que se entretenían, hablaban, jugaban... Además, yo quería muchos dibujos pero también historias que se pudieran leer porque los primeros libros son capitales», expresa la actriz. Sus hijos y su pareja, Àlex Corretja, son los pilares fundamentales de su vida. Todos hacen un gran equipo. Razón por la que durante el confinamiento «estuvimos bien. Fue muy intenso. El hecho de que tuvieran clase todos los días fue muy importante».

La maternidad cambió su vida pero descarta volver a serlo. «Tenemos una edad. Ya hemos cumplido con Erika. Yo tenía muchas ganas de tener un hijo juntos -tiene otro hijo, Pablo, fruto de su noviazgo con el músico Álex de la Nuez y Corretja otras dos, Carla y Aroa, de su relación con Marta Cors-. Y tampoco suenan campanas de boda. Pese a que siempre ha manifestado que le gustaría casarse, ahora «no estamos muy a la labor. Encontramos tantas prioridades... Que pinta pensar ahora en boda». Martina Klein es feliz como está, con los suyos cerca e inmersa en proyectos que le llenan y entusiasman.