Marius Borg Høiby, el hijo rebelde de la realeza noruega, desata un nuevo escándalo con armas y lujos

En la imagen que ha generado revuelo, se puede ver a Marius posando sin camiseta, con una pistola en una mano y una botella de champán Dom Pérignon en la otra, mientras exhibe fajos de billetes de coronas noruegas en la cintura y un costoso reloj Rolex Daytona en su muñeca. La instantánea, tomada en una fiesta privada a finales de 2023, simboliza un estilo de vida de excesos y descontrol que contrasta fuertemente con la imagen pública de contención y deber que la Familia Real ha intentado proyectar durante años.

El impacto de esta imagen ha sido tal que ha llevado a que los medios noruegos bauticen el escándalo como el «caso de Marius Borg». Pero el problema no se limita solo a esta revelación fotográfica. Marius fue arrestado el pasado 4 de agosto en Oslo bajo la acusación de agredir a su pareja y destrozar su apartamento, un incidente que marcó el inicio de una serie de acusaciones de violencia por parte de otras dos exnovias. Estos nuevos señalamientos han obligado al joven a enfrentar una nueva ronda de interrogatorios por parte de la policía esta semana.

Aunque los escándalos relacionados con Marius ya han dañado la imagen de la Familia Real, las recientes declaraciones del Príncipe heredero Haakon, padrastro de Marius, han sido consideradas insuficientes por muchos. En una reciente aparición pública en Stavanger, Haakon calificó la situación como «preocupante» y enfatizó que tanto él como Mette-Marit están al tanto de los problemas de comportamiento de su hijo. No obstante, se mostró evasivo sobre la posibilidad de tomar medidas concretas, limitándose a señalar que la situación está en manos del sistema judicial.

Las revelaciones sobre la «vida desordenada» de Marius, como la han descrito medios como 'Bunte' y 'Bild', no han hecho más que agravar la crisis. El diario 'Bunte' también recogió que, según una fuente cercana, Marius ha reanudado sus salidas nocturnas y ha retomado contacto con la misma novia a la que presuntamente agredió, lo que ha generado aún más indignación. Además, en su momento, el propio Marius admitió en un comunicado que la agresión a su exnovia ocurrió mientras estaba bajo los efectos de drogas y alcohol, y que su comportamiento ha sido influenciado por «varias dolencias psíquicas» que ha padecido desde la adolescencia.

Una de las controversias más recientes que rodean a Marius es la revelación de que él posee un pasaporte diplomático desde niño, una concesión que ha enfurecido a la opinión pública en Noruega. Haakon, al respecto, dijo que no había visto la fotografía en cuestión, pero confirmó la existencia del pasaporte, lo que ha desatado críticas sobre el privilegio del que goza Marius a pesar de sus acciones.

En un escenario donde cada nuevo detalle parece empeorar la situación, el manejo de esta crisis por parte de la Familia Real noruega está siendo cada vez más cuestionado. Se habla de una clara protección hacia Marius por parte de Mette-Marit, la futura Reina consorte, a pesar de las reiteradas alertas de las autoridades sobre el comportamiento de su hijo. En medio de este torbellino, la familia deberá tomar decisiones difíciles que podrían marcar el rumbo de la monarquía en el futuro cercano. ¿Continuarán apoyando a Marius a pesar de sus acciones, o finalmente tomarán medidas más drásticas para proteger la imagen y la estabilidad de la institución que representan? El público noruego, y el mundo entero, están a la espera de respuestas.