La Casa Real noruega, en jaque: sin protocolo para el hijo díscolo de la Princesa Mette-Marit

Como todo lo que rodea a Marius, debe ser cogido con pinzas. No hay a qué atenerse. La Casa Real noruega no informa oficialmente sobre sus asuntos porque no se trata exactamente de un miembro de la realeza. Él es hijo de la Princesa heredera de Noruega, Mette-Marit, pero no es fruto de su matrimonio con el Príncipe heredero Haakon. El joven llegó al mundo fruto de una relación anterior de Mette-Marit con Morten Borg. Sin embargo, es correcto hablar de un miembro de la Familia Real noruega, al menos desde que su madre se casó en 2001 con el heredero al trono. No existe un claro protocolo para este tipo de situaciones y la Casa Real noruega afronta sobre la marcha y con la mayor naturalidad posible las situaciones que se van presentando.

Si bien hasta su mayoría de edad fue tratado como un auténtico Príncipe, a partir de los 18 años su presencia no es exigida en ningún acto de la Casa Real y, a pesar de ello, participa en muchos de los programados. Marius no realiza ningún trabajo oficial en nombre de la corona ni recibe remuneración alguna; tiene, de hecho, su propio taller de motocicletas. No tiene ningún título ni derecho a ningún título, pero sigue acompañando regularmente a la realeza noruega en ocasiones oficiales, como fiestas nacionales o banquetes estatales. Precisamente esto es lo que hace que la situación sea tan difícil para Palacio, porque según cómo se interprete el asunto, el público tiene o no derecho a la información.

«Es un asunto grave cuando la Policía está involucrada, pero al mismo tiempo no me corresponde entrar en detalles del caso»

Príncipe Haakon

El Príncipe Haakon, por otra parte, siempre ha tratado a Marius como a un hijo. Tras las primeras noticias de la detención, mientras los padres biológicos Mette-Marit y Morten mantenían un estricto silencio, fue el primero en hacer declaraciones públicas al respecto. «Es un asunto grave cuando la Policía está involucrada en la forma en que lo hace, pero al mismo tiempo no me corresponde entrar en detalles del caso», dijo ante algunos medios noruegos destacados en París, donde la pareja heredera tenía programado apoyar al equipo olímpico noruego.

Desde Palacio no se ha emitido ningún comunicado y la prensa noruega critica el hecho de que Mette-Marit haya cancelado apariciones oficiales en París para centrarse en el problema de su hijo. Según el protocolo, estaría justificado que diese prioridad a asuntos de sus dos hijos comunes con Haakon, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, en la línea directa sucesoria, pero no para ocuparse de una persona ajena a la Familia Real. La Casa Real ha creído conveniente que quien informe sobre lo ocurrido sea el abogado de Marius, que en una carta enviada a 'Dagbladet' ha solicitado privacidad para el joven.

No es la primera vez que la Casa Real noruega se encuentra en uno de estos enredos que, debido a la peculiar posición de Marius, carecen de guión protocolario. Desde octubre de 2022 hasta julio de 2023, Marius Borg mantuvo en una relación con la conocida en la televisión noruega Nora Haukland, de 27 años, exparticipante de 'Love Island'. La 'influencer', que publica asiduamente fotos muy ligera de ropa, ha posado en alguna ocación con polvo blanco que podría ser cocaína. La Casa Real estaba atada de pies y manos porque, al no ser Marius miebro oficial de la Familia Real, no tiene potestad alguna para llamarle la anteción ni para tomar cartas en el asunto. En aquella ocasión tomó la iniciativa Mette-Merit y mantuvo una conversación con la joven.

Tras la separación, la joven sólo encontró palabras positivas para la Princesa y, en su pódcast 'Uproblematisk', comentó que «lo peor fue cuando los medios empezaron a escribir intentando arrastrar a la Familia real; fue muy molesto darme cuenta de que estaba causando estrés a mucha gente y muy agradable poder hablar con Mette-Marit durante este tiempo. Sólo tengo cosas buenas que decir». En lugar de reprender a Nora, la futura Reina de Noruega prefirió mantener una conversación con ella en igualdad de condiciones.