La infancia y crecimiento de Kanye West: ¿de dónde viene tanto odio?

Ahora mismo es probable que una sesión de Kanye West con un psicoanalista empezara con él tendido en el diván oyendo preguntas sobre su vida y concluyera con el especialista llorando en posición fetal en un rincón mientras el rapero explora en sus pensamientos. El ex de Kim Kardashian es actualmente un huracán de ruido y furia, que diría Faulkner, algo exacerbado desde aquella ceremonia de los Grammy en la que exhibió a su mujer desnuda. Y dicen que los sucesos de la infancia determinan el crecimiento y el desarrollo y afloramiento de sentimientos en época adulta. Quizá de ahí obtengan pistas que expliquen a la persona devorada por el personaje.

Su biografía oficial dice que Kanye West nació el 8 de junio de 1977 en Atlanta, Georgia, y la extraoficial sugiere que es la viva estampa de esa corrompida imaginación que se vino a llamar «sueño americano». Transformó una infancia difícil en un inabarcable éxito como productor a finales de los 90 y principios de los 2000. Al tiempo que se producía su ascenso a la fama y las mansiones, se iría transformando también en una de las celebridades más controvertidas de su generación, un hombre que ahora es un supervillano.

Kanye West es hijo de Ray, un fotógrafo residente en Atlanta y exmiembro de las Panteras Negras, y Donda, profesora universitaria. Su padre fue el primer fotógrafo negro en trabajar en un medio de Atlanta y tuvo que aguantar no pocos sucesos racistas. Sus padres se divorciaron cuando tenía tres años y a los 10 años se mudó con su madre a China durante un año para participar en un programa de intercambio educativo en el que Donda impartía clases en la Universidad de Nanjing. Fue allí donde el pequeño comenzó a mostrar destreza artística y ganar concursos de talentos. Pero también experimentó lo que puede traer consigo el aislamiento.

De vuelta a Chicago, su carácter se fue agriando y comenzarían sus eternos problemas para socializar y empatizar. Dejó la universidad porque, según él, no estaba aprendiendo tan rápido como lo hacía en la vida real. Al tiempo, las relaciones con sus padres se irían deteriorando más y más. Le reprochaban que fuera tan desagradecido cuando tantos sacrificios habían hecho por sacarle adelante e intentar darle la mejor educación posible.

Un hecho marcaría para siempre su existencia. En pleno estallido de éxito, su madre perdería la vida en 2007 tras someterse a una cirugía de reducción de pecho por causas nunca aclaradas del todo. Probablemente fue por negligencia. Lo cierto es que aquello fue un golpe durísimo para Kayne West y el comienzo irrefrenable de su escalada de rencor y odio contra la humanidad en general. El rapero aseguraba que un cirujano tuvo la culpa de la muerte de su madre y amenazó con sacarle en la portada de su próximo disco. El médico le envió una carta legal para que se abstuviera de hacerlo.

Siempre recordaría cómo su madre le había ayudado con su primera canción, convirtiendo su sótano en un estudio de grabación y ensayo. Llamó a todos sus contactos de Chicago para que le dieran una oportunidad a su hijo. Quienes crecieron con él aseguran que Kanye era un niño muy obediente, educado y culto, muy diferente del personaje que ha cultivado en estos años y que quizá se haya tragado a la persona. Con cinco años empezó a escribir poesía y varios de aquellos versos sobrevivieron y fueron incluidos en sus canciones. Mostró un temprano interés en artes como la literatura, el dibujo o la música.

Este fue Kanye West hace muchos años y ahora no se sabe qué lugar ocupa más allá de esa inequívoca imagen de malvado supervillano que arrastra y que fomenta a diario gracias a sus redes sociales. La cuestión ya ha dejado de ser si en algún momento parará. El único interrogante es saber hasta dónde llegará.