Backstreet Boys: violaciones, adicciones y otros escándalos

El líder del grupo, Nick Carter, es la estrella de las acusaciones más graves. En 2017, la cantante Melissa Schuman fue la primera en denunciar una violación, que perdonó llorando durante una entrevista en la que contó lo sucedido en 2002, con 18 años recién cumplidos. El miedo a enfrentarse a los poderosos abogados de los Backstreet Boys, el grupo del momento en aquella época, le hizo callar. Ahora, Shannon Ruth, una abogada de 39 años, ha denunciado que en 2001, cuando solo tenía 17 años, fue incitada a beber alcohol y fue violada por el cantante. La supuesta víctima, autista y con parálisis cerebral, ha denunciado que Nick la llamó 'perra retrasada' mientras abusaba de ella. Esa relación sexual le contagió, además, el virus del papiloma humano. Algo más de dos décadas ha tardado Shannon en atreverse a denunciar los hechos.

Pero no sólo el sexo ha marcado a la estrella de la banda, las drogas le han golpeado duramente. El pasado noviembre, las imágenes de Nick Carter interrumpiendo un concierto tras romper a llorar por la muerte de su hermano Aaron dieron la vuelta al mundo. En 2011, Nick ya había perdido a su hermana Leslie, con apenas 25 años, por una sobredosis de antidepresivos y ansiolíticos. Aaron, con quien mantenía una difícil relación marcada por acusaciones de abuso infantil, falleció ahogado en la piscina de su casa, supuestamente tras perder el conocimiento por una sobredosis de heroína. Sufría una depresión y mostraba una personalidad agresiva que le valió una orden de alejamiento por parte de su esposa. Al día siguiente de conocerse su muerte, Nick actuaba en Londres y los demás Backstreet Boys le abrazaron tras interpretar el tema 'Incomplete'. Nick mostró un lado sensible alejado del lado oscuro que le llevó a ser detenido en Florida, en 2016, por agresión.

Para que Nick llegara a reinar tuvo primero que destronar a Howie Dorough, el macarra del grupo, criado en barrio de Orlando dominado por las drogas, que consumía a diario antes de probar las mieles de un éxito brutal. Está casado y tiene dos hijos, uno de los cuales dejó la Física nuclear en Harvard para seguir los pasos de su padre en la música.

A.J. McLean estuvo ingresado hasta en tres ocasiones en una clínica de desintoxicación, reconociendo que la lucha contra el alcohol y las drogas era su batalla diaria. Era el chico malo de la banda. Se casó en Las Vegas y es padre de dos niñas.

Por su parte, Kevin Richardson quiso probar fortuna no solo en la música, también en la interpretación, siendo el primero en abandonar el barco para iniciar su carrera en solitario. Nacido con una cardiopatía, Brian Littrell ha sufrido problemas de salud, hasta el punto de perder la voz por una disfonía provocada por la gripe A. Alejado de las tentaciones, está casado, tiene una hija y es un cristiano evangélico entregado a diversas causas benéficas.

La banda, además, fue protagonista de una de las mayores estafas de la historia de la música. Su mánager, Lou Pearlman, desfalcó casi 300.000.000 de euros y fue condenado a 25 años de cárcel por conspiración y blanqueo de capitales. Fue el cerebro financiero del grupo en sus primeros diez años, lanzándoles a la fama mientras realizaba operaciones delictivas que les hizo perder un dineral.