Johnny Depp y Kate Moss se vuelven a enamorar

Fueron la pareja memorable de los noventa, y acabaron tan bien que ahora ella ha declarado en el juicio reality, y luego se ha ido de juerga con el actor

Johnny Depp contra Amber Heard, el show y juicio del siglo

Johnny Depp y Kate Moss GTRES

Lunes

Kate Moss sobrevivió a la anorexia que juró que nunca tuvo, y también ha sobrevivido a los noviazgos corsarios, empezando o acabando por Johnny Deep . Fueron, Johnny y ella, la pareja memorable de los noventa, y acabaron tan bien que ahora ella ha ... declarado en el juicio reality, y luego se ha ido de juerga con Depp. Fue a verle tocar la guitarra, en un garito de Londres, y se quedó a los bises del copeo. Algo importará, además, que a Kate le gusta esa marcha, porque hasta se casó con un guitarrista, Jamie Hince. Moss ha sido una chica de estampa adolescente, hasta hace tres ratos, y ahora viene a resultar casi una señora que se parece mucho a Kate Moss. Diríamos que es aún joven, o no, según la portada, donde ya la remiendan con mucho photoshop, que es un achaque más de la edad, entre famosas. Hace ya un tiempo que Kate Moss quedó solo para maniquí de fotos, que es el toreo de salón de las que cumplieron de arcángeles de tanga en los picnics de Victoria Secret, o semejantes. Pero fue un trueno. Aún tiene algo de estrella del rock que se cuidaba con postres de sirena, o algo de sirena que disfrutó la peor vida de las estrellas del rock . Quiero decir con esto que no tiene una belleza hechizante, ni tampoco repercutió como un monumento sexual, pero está ahí en lo alto, como una intemporal de la moda, que no sólo baraja cuatro lencerías de oro para un reportaje o una pasarela. Kate Moss ha sido el «chic» con dos whiskys de más, una camarera apócrifa que apasiona a los escribientes malditos, y a los actores peligrosos, como Deep. Mide uno sesenta y cuatro, pero es la más alta de su gremio. De España le ha gustado siempre mucho a Kate Marbella y también Ibiza, donde hacía horario de alegre topless y llevaba a las discotecas a uno de sus novios, Pete Doherty, aquel músico con media sonrisa de chaval insomne que sólo se privaba del agua mineral. Kate y Johnny se han vuelto a enamorar, para un juicio y un concierto.

Martes

La falda que siempre sienta bien y el bikini que querrás esta temporada. He aquí dos noticias de fantasía que sirven para cualquier famosa. Desde hoy al Instagram de septiembre. Un cruce de corsetería y meteorología.

Los Stones, en el concierto GTRES

Miércoles

Los Stones no defraudan. Igual va a ser verdad lo de Keith Richards : «Estaba más cerca de la muerte a los cuarenta que ahora».

Jueves

Zidane GTRES

Cuesta llamarle abuelo a Zidane , pero toca. Enzo, el hijo mayor, ha sido padre. La noticia cunde ahora, pero es noticia del 19 de mayo. Zidane ha sido abuelo, y abuela ha sido su mujer, Veronique Fernández Ramírez, de la que sólo sabemos que sabemos poco o muy poco. Zidane lo ha sido todo, en el fútbol, pero su carácter ceñido lo retranquea a veces, como famoso planetario. Diríamos que es popular, a su pesar. Siempre prefirió el Olimpo, nunca menor, de los tímidos. Se da en él lo contrario al hortera profesional del fútbol, que tanto abunda, y cumple la lámina de embajador de Unicef, o de otra cosa, mucho antes de que lo nombraran embajador, que sí lo nombraron un día. Reúne una timidez incurable , unos ojos chinos, un caminar de atleta, pero lento, una calvicie que él hizo calva, y el silencio como cortesía. Y quien dice como cortesía dice como enigma. Todo eso avala a Zidane como un distinguido, que es un modo se adornarlo como un distinto. Lo que pasa con Zidane es que vas de pronto a un estadio y en la hemeroteca de ese mismo estadio hay un gol imposible de su firma de dandi, ese zurdazo donde la potencia se habla con la elegancia. Hablo del gol infinito de la Champions , sí. Ese gol es el spot incalculable, y nunca acabado, de la Champions. Veronique también tiene mucho de enigma, como su marido. Se conocieron en París, en 1989, en una discoteca, cuando ella aún estaba en los estudios de danza clásica y baile moderno. Desde entonces, hasta hoy. El silencio, en él, y también en ella, ha sido una común costumbre, y el silencio es un repertorio de lo elegante. Tengo muy comprobado que Zidane gusta mucho a las mujeres enteradas y a los hombres de garaje. No está su estirpe en los guapitos del farde, ni tampoco en los ególatras que miran a la luna, al meter un gol, por chupar cámara. No parece abuelo, pero lo es. El instagram de familia lo avala.

Viernes

Leticia Sabater aún existe, y sigue en el tajo. Y preciso el tajo, naturalmente, porque la chica es de natural disperso y condición alegre. Ha vuelto a grabar un video clip, o algo así. Nadie le pidió nunca la candidatura a canción del verano, ese tostón, pero ella en eso sigue. Con más ganas que acierto.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios