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Johnny Depp y Kate Moss se vuelven a enamorar

Fueron la pareja memorable de los noventa, y acabaron tan bien que ahora ella ha declarado en el juicio reality, y luego se ha ido de juerga con el actor

Johnny Depp contra Amber Heard, el show y juicio del siglo

Johnny Depp y Kate Moss GTRES
Ángel Antonio Herrera

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Lunes

Kate Moss sobrevivió a la anorexia que juró que nunca tuvo, y también ha sobrevivido a los noviazgos corsarios, empezando o acabando por Johnny Deep . Fueron, Johnny y ella, la pareja memorable de los noventa, y acabaron tan bien que ahora ella ha ... declarado en el juicio reality, y luego se ha ido de juerga con Depp. Fue a verle tocar la guitarra, en un garito de Londres, y se quedó a los bises del copeo. Algo importará, además, que a Kate le gusta esa marcha, porque hasta se casó con un guitarrista, Jamie Hince. Moss ha sido una chica de estampa adolescente, hasta hace tres ratos, y ahora viene a resultar casi una señora que se parece mucho a Kate Moss. Diríamos que es aún joven, o no, según la portada, donde ya la remiendan con mucho photoshop, que es un achaque más de la edad, entre famosas. Hace ya un tiempo que Kate Moss quedó solo para maniquí de fotos, que es el toreo de salón de las que cumplieron de arcángeles de tanga en los picnics de Victoria Secret, o semejantes. Pero fue un trueno. Aún tiene algo de estrella del rock que se cuidaba con postres de sirena, o algo de sirena que disfrutó la peor vida de las estrellas del rock . Quiero decir con esto que no tiene una belleza hechizante, ni tampoco repercutió como un monumento sexual, pero está ahí en lo alto, como una intemporal de la moda, que no sólo baraja cuatro lencerías de oro para un reportaje o una pasarela. Kate Moss ha sido el «chic» con dos whiskys de más, una camarera apócrifa que apasiona a los escribientes malditos, y a los actores peligrosos, como Deep. Mide uno sesenta y cuatro, pero es la más alta de su gremio. De España le ha gustado siempre mucho a Kate Marbella y también Ibiza, donde hacía horario de alegre topless y llevaba a las discotecas a uno de sus novios, Pete Doherty, aquel músico con media sonrisa de chaval insomne que sólo se privaba del agua mineral. Kate y Johnny se han vuelto a enamorar, para un juicio y un concierto.

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