Ernesto de Hannover no recuperará su castillo de Marienburgo

A sus 68 años de edad, el jefe de la Casa Guelfa reclamaba a su hijo el castillo de Marienburgo, sede histórica de la casa que él mismo cedió a su primogénito en sucesión anticipada en 2004, además de la finca Calenberg, en Pattensen-Schulenburg, y la casa principesca de Herrenhausen, en Hannover. Basaba su pretensión en la revocación de la donación como consecuencia de la «grosera ingratitud», enriquecimiento injusto y pérdida de la base empresarial. Antes de finalizar el juicio, sin embargo, retiró la demanda, «Celebro su decisión y la intuición de que su demanda fue inútil», dijo el príncipe heredero tras la audiencia, pero el proceso había continuado por parte de la EAH Betriebsgmbh de Salzburgo, un servicio de cobro de deudas donde Ernesto de Hannover había trasladado previamente sus reclamaciones. «La EAH Betriebsgmbh no tiene ningún derecho sobre Marienburgo», explicó el veredicto la portavoz del tribunal de distrito, Annika Osterloh. Tampoco existe jurídicamente el derecho a la reasignación por grosera ingratitud, eso requeriría una mala conducta y la transferencia del castillo a una fundación ha servido para preservar la fortuna familiar.

En 2019, la familia acaparó los titulares porque Ernesto Augusto Jr, que se encargaba de la gestión de los bienes de la casa, quería vender el castillo en ruinas al sector público por un euro. El príncipe de Hannover se opuso, pero la familia carecía de la liquidez para hacer frente a la necesaria renovación del edificio.