Las 'bartenders' femeninas conquistan la coctelería española

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El sector no solo ha crecido en nivel de elaboraciones y presencia, sino en muchos otros aspectos. Por el día de la mujer, es importante remarcar la creciente presencia femenina en la mixología española. Cada vez es más frecuente encontrar mujeres detrás de la barra o como directoras de estos espacios, que como algunas de ellas indican, tan solo tienen como objetivo hacer feliz al cliente.

Una de ellas es Ana Gracia, líder del nuevo espacio y proyecto Hijos de Tomás. La profesional no puede contener su entusiasmo frente a esta nueva etapa profesional, que no es sino un paso más en la buena dirección para cumplir su sueño, un objetivo que tiene claro y bien definido desde sus 15 años: montar su propio cocktail bar en California.

La sevillana habla de Hijos de Tomás con entusiasmo. Tras haber pasado por espacios como Le XIX —coctelería de la que habla con especial cariño por ser el primer espacio en el que trabajó y comenzó a descubrir el mundo de la gastronomía líquida—, The Traveller o Angelita Sky Bar, en el hotel Only You de Madrid, Ana Gracia se ha posicionado como una de las bartenders más solicitadas y de mayor relevancia del país, y es el vivo ejemplo del clásico refrán, 'si quieres, puedes'. «Yo no tenía dinero para cursos, por eso siempre he puesto mi máximo empeño para conseguirlo», explica la profesional. Así, a base de prueba y error, el visionado de incontables vídeos y la lectura de numerosos libros de coctelería, la sevillana no solo se ha hecho con un puesto en el mercado nacional, sino que su presencia ya traspasa fronteras.

«Para mí, el momento más feliz de mi día es cuando alguien me pide un cóctel o una persona le dice que le encanta su bebida», explica la profesional. Una de las cosas que más enorgullecen a la ganadora del concurso Cointreau Queens Competition en 2017 es que, en cada uno de los proyectos en los que se ha embarcado durante su carrera profesional, han sido siempre sus líderes los que le han buscado y solicitado su participación. Desde que comenzó a presentarse a distintas competiciones la sevillana siempre ha quedado finalista, si no ganadora.

De la misma forma que Ana Gracia ha aprendido desde cero el arte de las mezclas y de la gastronomía líquida, Nagore Arregui pasó de estudiar Dirección y Administración de empresas a desarrollar una carrera detrás de las barras. Lo que comenzó como un favor a un amigo y la suplencia en un bar durante los sanfermines, tornó en una trayectoria como autodidacta que le llevó a donde está hoy: líder y artífice de la carta de El Lince, y parte del equipo de Mixing Masters de Schweppes.

Tras descubrir el mundo de la mixología, Arregui siempre tuvo el mismo propósito, ofrecer lo que a ella le gustaría recibir. Esto se resume en una oferta «cuidada al milímetro, desde la vajilla hasta la propuesta culinaria», explica la profesional. Su carrera siempre ha ido en ascenso, y pone en valor la ayuda y el apoyo constante por parte de sus compañeros de trabajo, que según afirma la profesional, nunca le han puesto ningún impedimento por ser mujer. A pesar de esto, la 'bartender' señala cómo aún hay hombres que no están acostumbrados a ver a una coctelera femenina como líder del espacio. «Me he encontrado a clientes, sobre todo señores mayores, que se extrañan al descubrir que no hay ningún jefe masculino detrás de mí», afirma.

La conciliación familiar, sobre todo tras el momento de ser madres, es otro de los aspectos sobre los que habla Arregui. «Cada una debe buscar su propio equilibrio, sobre todo en este oficio, donde los horarios son tan complicados y dispares», explica. Mientras, Inés Martínez pone el foco en continuar trabajando en dar visibilidad a las 'bartenders', término que defiende frente al de 'barmaid', que afirma hacía referencia a las mujeres encargadas de limpiar los establecimientos. La profesional ha pasado por las barras de The Passenger, en Madrid, 1862 Dry Bar o, en la actualidad, Chester & Punk, un establecimiento malagueño con una coctelería canalla con la que cada noche hacen una fiesta.

«Formo parte del grupo 'Ellas'», afirma Martínez. «Se trata de una plataforma donde buscamos visibilizar a la mujer en el mundo del bar, generar una bolsa de empleo, dar información y apoyo, y realizar distintos eventos», explica. Según la 'bartender', los micromachismos continúan presentes en un oficio que, a pesar de ser sacrificado y «esclavo», continúa enamorandole cada día. «Me resulta apasionante», afirma tras una sonrisa. «Las nuevas técnicas, todo lo que surge, productos nuevos y mezclas… envuelve innovación y es una forma de llegar a las personas a través de los sabores y crear una pequeña conexión», reflexiona.

El DJ y la música ambiente acompañan el que ahora es su lugar de experimentación. En un inicio cocinera, Martínez decidió dar el salto en busca de dos aspectos que echaba en falta en su día a día: creatividad y contacto con la gente. «La hostelería es hospitalidad, y para tener hospitalidad hay que tener humildad», una característica que pone en valor, a la vez que destaca el papel de la mujer en la coctelería moderna. «Es cierto que hemos avanzado, pero a veces me pregunto si nos valoran de verdad o si tan solo nos quieren para la foto. En ocasiones me da la sensación de que tan solo quieren cubrir cupos», señala.

En una sociedad con disparidad de opiniones y cuotas que cumplir, pero a la vez con prejuicios e ideas machistas aún presentes, es difícil saber dónde está la verdad. Adriana Chía, la 'bartender' que hace de la mixología algo un poco más cercano para sus clientes y seguidores, concuerda con Inés Martínez en su forma de pensar. «A las marcas se les llena mucho la boca al hablar de las mujeres, pero después nunca pasa nada», denuncia.

Estudiante de diseño gráfico, Chía se adentró en el mundo de la hostelería para tener algo de independencia económica y pagar su formación. Así, resultó que su verdadera pasión se encontraba detrás de la barra. Tras haber pasado por espacios como 41º, alzarse con la victoria en la World Class Competition de 2016 o emprender proyectos como Bestpoke Mixology Art y Solange Cocktails & Luxury Spirits junto a su pareja, Alfredo Pernía, Chía afirma poder sacar partido a su formación como diseñadora en cada uno de sus productos: creación de la carta, estética de la vajilla y concepto, entre muchas otras cuestiones.

La barcelonesa habla de la propuesta del cocktail bar como «bebidas sencillas que se adaptan al cliente, innovadoras en la propuesta, pero sin ser algo desmesurado». Con referentes como Marc Álvarez o Erik Lorincz, Chía compara su oficio con una obra de teatro. «Nosotros somos los actores, y debemos atraer a la gente», señala. Una filosofía que se ve reflejada en sus redes sociales, donde la 'bartender' trata de acercar la gastronomía líquida a sus más de 27 mil seguidores con pequeños tutoriales y escenas cómicas.