¿Qué efectos tiene en mi bebé que le lleve a un concierto?
Tras la reprimenda que el cantante Maluma hizo a una madre por llevar a su pequeño al concierto, varios médicos explican cómo deben actuar los padres ante este tipo de decisiones
Hace unos días se viralizó en redes sociales un vídeo donde el artista latino Maluma paró su concierto en México para llamar la atención a una madre fan que se encontraba entre su público con un bebé de un año. El cantante quiso alertarla ... frente a toda su audiencia que no era un lugar adecuado para llevar a un niño tan pequeño, puesto que en los conciertos el sonido puede alcanzar fácilmente los 100 decibelios (dB), e incluso superar los 120 dB, niveles que no son seguros para un bebé. Defendió que lo que a priori puede parecer un plan divertido e inofensivo, puede afectar directamente al bienestar del bebé.
Lo cierto es que diferentes organismos abalan la tesis del cantante que, como padre, mostró su preocupación por el asunto de la audición en los pequeños. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que el límite seguro de exposición auditiva en niños no debería superar los 75 dB de media diaria (un concierto puede multiplicar por diez esta cifra en cuestión de segundos). La American Academy of Pediatrics (AAP) desaconseja llevar a bebés y niños pequeños a espacios ruidosos como conciertos o estadios. En caso de asistencia, subraya la necesidad de orejeras protectoras adaptadas a su edad, ya que los tapones no son seguros para menores. La Asociación Española de Pediatría (AEP) es aún más contundente al recomendar que los menores de 6 años no deberían acudir a conciertos de adultos, incluso aunque dispongan de protección auditiva, y en el caso de menores de 6 a 12 años, solo si el volumen está controlado, con orejeras homologadas y en zonas alejadas de altavoces.
Entre las consecuencias de exponer a los pequeños a ruidos fuertes, la doctora Gemma Morera, pediatra y colaboradora de Doctoralia, destaca que «la exposición prolongada a ruidos fuertes puede causar daño permanente en la audición de los más pequeños que, a largo plazo, puede desencadenar en problemas del lenguaje. Además, pueden causar estrés y ansiedad en los bebés, lo que puede afectar su desarrollo emocional y conductual, así como alteraciones del sueño, pudiendo interrumpirlo y afectando a su capacidad para descansar y recuperarse».
Desde los centros auditivos Aural aseguran que la audición nos conecta con el mundo desde los primeros meses de vida, «con las voces de nuestros seres queridos, con la música, con las emociones y con los recuerdos. Cuidarla desde la infancia es esencial para garantizar un desarrollo saludable y una relación plena con el entorno».
Para hacerlo de la manera adecuada, además de recomendar reducir al máximo la exposición de menores en los conciertos, insisten en que las familias sigan una serie de consejos para minimizar riesgos:
Evitar exponer a bebes y niños a entornos con altos niveles de ruido prolongado.
Usar protectores auditivos adaptados, como orejeras de protección auditiva homologadas para bebés y niños.
Alejarse lo máximo posible de altavoces o fuentes directas de sonido.
Hacer pausas fuera del recinto para reducir la exposición continua al ruido.
Observar cualquier signo de incomodidad auditiva o nerviosismo tras el evento. Si persisten síntomas como llanto inconsolable, rechazo a sonidos o sensación de oído taponado, se recomienda acudir a revisión con un profesional especializado.
En esta misma línea, la doctora Morera añade que es recomendable controlar el ruido en nuestro día a día, como es el caso de mantener el volumen bajo de la televisión, de la música o de cualquier aparato que pueda emitir ruidos perjudiciales para su audición cuando el bebé esté cerca. «En casa deberemos mantener también un ambiente relajado, evitando ruidos fuertes o gritos, ya que pueden ser un detonante para alterar y causar estrés a nuestro bebé», puntualiza.
«Los bebés y niños pequeños no tienen la capacidad de expresar que algo les molesta o les duele. El ruido excesivo puede generar un trauma acústico sin que se detecte de inmediato», concluye Annabel Berzosa, responsable de audiología pediátrica de Aural Centros Auditivos.
Fiestas de los pueblos
Es importante recordar a las familias que, en esta época de fiestas en múltiples pueblos de España, la 'dosis de ruido' (intensidad + tiempo) puede ser muy parecida a la de un gran concierto: fácilmente se superan los 100 dB cerca de los altavoces. "La ventaja de la plaza es que puedes alejarte más, entrar y salir y quedarte menos rato -apunta Gemma Morera, pediatra y colaboradora de Doctoralia-. Si una familia decide ir, mi recomendación es clara: estar lo más lejos posible de los altavoces, limitar la exposición a ratos cortos y usar orejeras homologadas para bebés y niños desde el primer minuto. Y si el plan va a durar horas, es mejor no exponer al bebé".
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Matiza que el hecho de que el bebé duerma en el cochecito no 'anula' el ruido. "Dormir no protege del ruido, la exposición sigue siendo potencialmente perjudicial y, además, altera su descanso. Mejor limitar tiempo, alejarse y usar orejeras. Si no se puede cumplir, es preferible no exponerlo. A esto se suma que las verbenas suelen ser de noche y que asistir con niños pequeños rompe la rutina y el sueño profundo a esa hora y eso pasa factura: más irritabilidad y peor descanso. Por todo ello, es mejor realizar visitas breves, lejos de los altavoces, con protección auditiva y con plan de salida si el bebé muestra señales de molestia. Si hay duda, para los más pequeños es preferible siempre para su bienestar mantener sus rutinas habituales".
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