Cómo usar el triptófano, la sustancia que ayuda a los niños a dormir mejor

El triptófano, explica Pin, «es un aminoácido esencial. Los aminoácidos son los precursores de un montón de cosas, y se dividen entre esenciales y no esenciales. Los esenciales no los producimos, necesitamos cogerlos de la naturaleza, en este caso de la alimentación. Por ejemplo de la leche, el atún, pavo, queso, nueces, semillas, avena… Hay alimentos que son más ricos en triptófano que otros».

Al mismo tiempo, especifica este doctor, «depende de con qué lo tomemos se va a absorber mejor o peor. Porque hay otros aminoácidos o los mismo carbohidratos que compiten con la absorción del triptófano. Es decir, si lo tomas con ciertos 'competidores' se va a absorber menos». De hecho, añade, «la cantidad de triptófano en sangre va a depender de que el régimen alimenticio del niño sea variado y en eso la dieta mediterránea es muy importante, pero también de la combinación con otras cosas, como puede ser la situación de estrés o de actividad física del menor».

Cuando se ingiere triptófano, explica, «este se absorbe en el intestino delgado y una pequeña parte, que es entre el 1 y el 10 por ciento, llega al cerebro porque atraviesa la barrera hematoencefálica, que es una barrera fisiológica que tiene el cerebro para protegerse. Cuando llega al cerebro primero se transforma en serotonina, que es un neurotransmisor muy relacionado con el humor, con la actividad… Tenemos gran cantidad de serotonina durante el día. Cuando llega la noche y la oscuridad, se transforma con otros pasos metabólicos en melatonina.

El resto del triptófano que no pasa al cerebro, prosigue, «se metaboliza por la vía de la kinurenina, y eso produce dos ácidos, uno que es un ácido neuroprotector, que protege las células nerviosas, y otro ácido qué es neurotóxico y que puede impactar en la historia natural de algunas enfermedades». Por esto, advierte este experto en sueño, «tiene que haber un equilibrio. Hay que tener cierto respeto porque se trata de productos que, tomados en un mal momento, pueden complicar la vida».

Así, ejemplifica Pin, «si el niño toma triptófano por la mañana y con luz natural y un poco de actividad física porque va al cole andando, tendrá más serotonina, pero sí desayuno a oscuras, probablemente tenga más melatonina. El ambiente donde viven las familias y lo que hacen influye también en este proceso».

En definitiva, para este experto en sueño infantil, «es una sustancia beneficiosa pero, al igual que la melatonina, es importante saber usarla y para qué: qué cantidad de triptófano se toma, cuándo se toma, cómo se toma… Son sustancias que se venden como suplemento nutricional y deberían estar controladas por profesionales».

Lo ideal, reconoce, es que «nuestra fuente de triptófano sea la alimentación pero cuando tengamos que usarlo, que sea dirigido por un doctor. En mi caso, por ejemplo, lo prescribo en niños que presentan trastorno autista, pero no es la única herramienta para mejorar el sueño, sino que forma parte de un abordaje terapéutico más complejo y durante un determinado periodo de tiempo».