Este es el estilo parental más dañino para tu hijo

Algunos progenitores presentan un estilo educativo autoritario, otros sacrificado, punitivo o diplomático pero hay uno que, según Alejandro Rodrigo, «es el más perjudicial de todos porque es el que reúne más carácterísticas negativas»

04/02/2022 a las 00:31h.

Algunos padres son autoritarios, otros protectores en grado sumo, con prevalencia punitiva, sacrificada, negligente o diplomática… « El estilo educativo es algo que no se elige . Todos los progenitores tenemos un determinado estilo parental que, o bien viene heredado de serie, o bien es ... aprendido de nuestros propios padres, del modelo que han sido ellos para ti, o del que hemos visto reflejado en nuestros profesores, maestros, familiares o referentes más próximos», explica Alejandro Rodrigo , autor de 'Cómo prevenir conflictos con adolescentes' (Editorial Plataforma) .

Pero de todos estos estilos hay uno, advierte Rodrigo, «que es el que resulta más perjudicial para un niño, por ser el presenta características negativas de forma predominante : este es el estilo ausente, el del padre o la madre que “no está”». «No quiere decir que esté muchas horas fuera de casa, que por supuesto también -aclara-, si no que no está presente aunque su cuerpo sí lo esté . Suelo poner el ejemplo de ese padre que está medio tumbado en el sofá cuando vuelve del trabajo y que casi no sabe quién es su hijo. Ese padre al que su hijo no le importa, que literalmente, le da igual». No se trata, insiste este experto educativo, «del número de horas que pase un padre con su hijo, se trata de realmente de que a ese padre le apetece estar con su hijo».

La consecuencia más grave de todo esto es que al menor, prosigue Rodrigo, «no le hacen falta palabras para entender lo que pasa, porque el niño sabe identificar o reconocer perfectamente que no es querido por su padre, porque está convencido de que prefiere otras mil cosas y personas antes que estar con él. Y no hay nada más perjudicial para un hijo que sentirse abandonado por su padre ». Situaciones como esta, añade, «provocan en los pequeños sentimientos que pueden causar heridas muy profundas. De hecho, es el peor escenario con el que se puede encontrar una familia: que un hijo se sienta abandonado por sus padres. En estos casos es mucho más difícil llevar a cabo una recomposición de la unidad familiar», aclara.

Además, según este autor, este estilo es «profundamente complicado de detectar» . De hecho, lo ejemplifica así: « Dos familias con características semejantes pueden tener resultados muy distintos . Pongamos que ambos padres están dedicados durante toda la semana a sus trabajos de jornada completa, a las intendencias de la casa, a las responsabilidades de los colegios, los estudios de los hijos, a lidiar con la sorpresas de la vida, a disfrutar de su propio tiempo libre... Pues bien, donde una familia en concreto se desenvuelve en una armonía saludable y en donde los hijos sienten la profunda dedicación de sus padres a sus tareas y a ellos como hijos, en la segunda pasa todo lo contrario: en lo que pasan los años no se han dado cuenta de que el hijo de doce años resulta que ahora tiene dieciséis sin recordar la última vez que se dedicaron un día completo para ellos dos. La cuestión es que de repente parece que son dos extraños».

Pero, recalca una y otra vez Rodrigo, « no son los minutos que se pueden dedicar dos personas . Se trata de sentimientos genuinos que son precisamente los que decididamente proyectamos y los que nuestros hijos, con una inteligencia asombrosa, saben ver». Por eso la clave está, concluye este autor, «en que cada uno reconozca cuál es su estilo educativo predominante y sepa cuáles son las fortalezas y debilidades. Esto es lo fundamental. Si tú sabes identificarlos, podrás prevenir y reforzar aquellas características buenas que favorezcan el desarrollo de tus hijos».