Consejos infalibles para reconducir el sueño de un niño de más de 5 años que no duerme del tirón
Estos son los 10 mandamientos para un descanso saludable en niños de hasta 12 años según la World Sleep Society

Todo el mundo asocia los despertares nocturnos a bebés, perolo cierto es que hay muchas familias con hijos un poco más mayores donde unos caen fulminados como un tronco y otros todavía no consiguen dormir del tirón. Que no hay manera de que se vayan ... a la cama y que, cuando finalmente concilian el sueño, siguen teniendo despertaes a mitad de la noche. Unas veces es para pedir un vaso de agua, otras para ir al cuarto de baño, porque tienen pesadillas o, incluso, para meterse en la cama de los padres . En principio, y si no hay un trastorno detrás, esto no debería suceder. Tal y como explica Amelia Hunter, cofundadora de Baby Sleep Solutions y asesora de sueño infantil, «a partir de los 5 años, los patrones y horarios de sueño deberían ser ya estables y haberse consolidado un único periodo de sueño nocturno de entre 10h y 12h».
Es verdad, prosigue, «que una revisión de diferentes estudios sobre los trastornos de sueño en la infancia y la adolescencia muestra que hasta el 27% de niños de edades comprendidas entre los 4 y los 12 años manifiestan dificultades con el sueño tales como : inicio de sueño retrasado, resistencia a irse a la cama, ansiedad para ir a dormir, múltiples despertares nocturnos, ronquido, enuresis, pesadillas y/o terrores nocturnos, sonambulismo, despertares muy tempranos y exceso de cansancio durante el día».
Todo esto hace que « muchas familias creen que ya es tarde para mejorar el sueño de sus hijos, pero no es así . Cuando trabajamos con niños mayores, es importante hablar con las familias e incluso con los niños para poder realizar una correcta evaluación de la situación. Así, podemos proponer un plan y un abordaje que permita trabajar en una buena higiene de sueño que mejore la calidad de descanso de ese pequeño, siempre en concordancia con los objetivos de la familia», señala Hunter.
En estos casos, indica Fernando Ferreira, cofundador de Baby Sleep Solutions, pediatra y especialista en neonatología, «por lo general nos encontramos con niños que tienen problemas de sueño porque no siguen un horario regular ni adecuado para su edad, no tienen una rutina bien establecida para ir a dormir. Muchos otros se encuentran en un estado de hiper cansancio porque duermen menos horas de las que necesitan». «También hay casos de niños de más 5-6 años que necesitan ayuda para conciliar el sueño y por la noche se despiertan varias veces reclamando esa ayuda para poder dormir de nuevo», añade.
Cuando las familias acuden a estos expertos en sueño para cambiar la situación, siempre trabajan de una manera global sobre los 10 mandamientos para un descanso saludable para niños de hasta 12 años de la World Sleep Society.
1. Ir a dormir pronto , preferiblemente antes de las 21h.
2. Horario adecuado de siestas para su edad (hasta que ya no hacen siestas).
3. Mantener horario diario regular.
4. Establecer una rutina que sea positiva, tranquila y consistente para la hora de dormir .
5. Espacio para dormir que propicie el sueño: fresco, oscuro y silencioso.
6. Fomentar la autonomía para conciliar el sueño.
7. Evitar luces brillantes antes de dormir y durante la noche. Aumentar la exposición a la luz natural por la mañana.
8. Evitar comidas pesadas y actividades estimulantes cerca de la hora de ir a dormir.
9. Mantener todos los dispositivos electrónicos (televisores, ordenadores y dispositivos móviles) fuera de su habitación. Limitar su uso antes de ir a dormir, como mínimo 1 hora.
10. Evitar la cafeína , bebidas azucaradas y chocolate, sobre todo antes de dormir.
Para ambos expertos, a estas edades superiores hay una clave fundamental en todo esto, que es « trabajar en la autonomía para dormir, establecer una asociación positiva con su espacio de sueño y crear unos hábitos que le permitan tener el descanso reparador que necesita . Una vez descartados otros diagnósticos y sabiendo que las otras necesidades básicas del niño están cubiertas, el objetivo es común: aportar al niño la confianza y seguridad que necesita para dormir con calma, tranquilidad y autonomía».
Aunque es verdad que la estrategia a seguir es diferente en cada caso, ya que cada familia tiene sus particularidades». Hunter reconoce que «cambiar un hábito cuando un niño es mayor y duerme en una cama requiere más tiempo y mucha más dedicación por parte de la familia. La constancia y la coherencia son elementos clave para tener éxito en un proceso de cambios. Hunter señala que “muchas familias nos piden ayuda para establecer límites a la hora de ir a dormir porque sus hijos simplemente se niegan a acostarse en la cama y es una lucha constante».
En estos casos, explica, «trabajamos los límites desde la motivación, los reforzadores positivos y las consecuencias, cuando son necesarias. El temperamento juega un papel muy importante en el cambio de hábitos de sueño y es también determinante cuando diseñamos el plan».
Por último, concluye la experta, «cuando se está en este proceso de cambios es muy importante que la familia mantenga la calma y es imprescindible evitar reñir o castigar al niño porque esas reacciones no aportan seguridad ni confianza al niño, todo lo contrario».
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