Cisco García: «Los niños deben saber que la vida no es fácil, que no siempre ocurren las cosas como queremos»

El profesional del tenis en silla acaba de escribir un cuento donde narra su vida y su lucha tras un grave accidente para transmitir a los niños los valores del esfuerzo, superación y adaptación

Cisco se muestra muy ilusionado con su nuevo cuento y la aportación que puede hacer a las familias Kiko Simeon

El 28 de diciembre de 2015 es una fecha inolvidable en la vida de Cisco García. Una mala caída practicando su gran pasión , el snowboard, le dejó condenado a una silla de ruedas . Recuerda que durante su larga estancia en el ... hospital hasta ver qué posibilidad de mover sus piernas le dejaba su inflamada médula espinal, miraba cada mañana un collage que con mucho cariño le habían regalado sus amigos con fotos en las que él salía saltando, esquiando, bailando... «La verdad es que lloraba todos los días en el desayuno mientras miraba cómo era mi vida anterior. Mi mente, por aquel entonces, era una montaña rusa de emociones».

Y llegó su diagnóstico: nunca más podría mover las piernas . «Estuve una semana roto de dolor y rabia. Un día, mirando aquel collage me di cuenta de que ya había jugado las cartas que la vida me había dado desde que nací y que ahora mis cartas eran otras. Debía afrontarlas. Cambié el chip . Comencé a salir y, no sin dificultad, a manejarme poco a poco con la silla de ruedas. Me di cuenta de que sí podía hacerlo. Y, además, me lo pasaba bien. Podía ser feliz. Empecé a tener ilusión de nuevo, ganas de hacer cosas».

«La vida pone muchas veces piedras en el camino y hay que saber luchar, nunca hundirse»

Fue así como decidió adentrarse en el mundo del tenis en silla y actualmente compite con gran éxito en el circuito profesional. Su historia es una auténtica muestra de esfuerzo, superación, adaptación y optimismo. Valores todos ellos que ha plasmado en un cuento «Compañeros de aventuras» en el que narra su historia con el objetivo de que los niños aprendan a poner en práctica todos estos valores que a él tanto le han ayudado.

«Con este cuento no solo se divertirán, sino que les quedará un poso que puede servir de impulso en su día a día. La vida pone muchas veces piedras en el camino y hay que saber luchar, nunca hundirse. Los niños deben saber que la vida no es fácil, que no siempre ocurren las cosas como queremos y, cuando esto pasa hay que esforzarse y luchar por lograr lo que ansiamos . Las personas solo mejoran con dificultades, es un aprendizaje universal», asegura.

Explica que sería una estampa estupenda que los padres leyeran el cuento con sus hijos y les fueran explicando todos estos aspectos. «Está dedicado a toda la familias, más en estos momentos, en los que hay tantas que están sufriendo mucho por la pérdida de seres queridos por culpa de la pandemia, por quedarse sin trabajo, por entrar en depresión... Yo, en mi momento, tuve inspiración en el collage de mis amigos. Espero que este cuento también pueda servir de inspiración a quienes más la necesiten. Ese es mi gran objetivo».

Gracias a su tesón hoy Cisco ha conseguido ser un reconocido deportista Kiko Simeón

Actualmente Cisco asegura que lleva una vida tranquila. «Me levanto a las 7 de la mañana. Mi mujer, Raquel, se va a trabajar y yo me ocupo de nuestro hijo Gonzalo, de un añito. Le visto y le llevo en mi coche a la guardería. Mucha gente me dice "¿te ayudo?" cuando me ven meterle en su sillita en el coche. Les digo que no, tardaré más, pero puedo hacerlo yo solo y, además, me gusta hacerlo. Cuando llego allí, vuelvo a sacar mi silla de ruedas del coche, vuelvo a sacar su cochecito, meto a Gonzalo y le dejo en la guarde. Me vuelvo a casa un rato y después voy a entrenar de 11 a 15 horas. Al salir recojo a Gonzalo y vamos a casa a comer juntos con Raquel. Por la tarde tenemos tiempo para pasear, comprar, ver a los abuelos...».

A día de hoy, Cisco deja que su hijo haga las cosas solito «y, por ello, le dejo llorar si tiene que hacerlo. Por ahora no le sobreprotejo, todo lo contrario. He visto que los niños a los que se les protege en exceso y se les da todo lo que piden son inseguros, débiles, consentidos, frágiles, no son capaces de luchar por lo que quieren y son infelices. Yo no quiero que mi hijo sea así. Aunque me cueste no hacerle ciertas cosas, sé que es lo mejor para él y, por eso, intentaré no protegerle más de lo necesario para no perjudicarle y que sepa que en la vida hay que luchar y esforzarse, como plasmo en el cuento, y como mi vida me ha enseñado».

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios