¿Qué hago con mi vida? Respuestas a la incógnita que martiriza a nuestros adolescentes
Ángel Peralbo, psicólogo y director del Área de Jóvenes y Adolescentes del Centro de Psicología Álava Reyes, explica cómo los jóvenes pueden volver a tomar las riendas ante un mar de dudas
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Iniciar sesiónMucho se ha hablado de los riesgos físicos que el Covid-19 tiene sobre la salud. Pero, lo cierto, es que cada vez más personas se ven afectadas también en su salud mental . Concretamente, los psicólogos aseguran que los jóvenes de 18 a ... 35 años constituyen el grupo de población que más demanda de ayuda les solicitan para salir adelante ante un panorama que se presenta muy incierto. Así lo corrobora también una investigación internacional codirigida por la Universidad de Málaga (UMA) y la Universidad Complutense de Madrid, al concluir que las personas más vulnerables al confinamiento y a la situación generada por la pandemia son los jóvenes.
El coronavirus tiene un gran impacto en sus vidas por las limitaciones a las que se ven sometidos a corto plazo. Perciben que sus expectativas futuras desfallecen, no saben dónde quedarán sus sueños, si todo lo que han aprendido en años de estudio les servirá el día de mañana para encontrar un trabajo... No tienen ni idea de qué va a pasar. No ven la luz al final del túnel.
A todo ello se suma que son testigos en primera línea de cómo sus padres pierden su empleo, perciben que ellos mismos lo van a tener muy difícil para desarrollar su carrera profesional, para emanciparse, incluso algunos se ven obligados a regresan al hogar familiar por falta de medios. Todo ello tiene efectos colaterales en cuanto a la relación con sus padres, parejas y amigos. Se encuentran con una realidad que no esperaban, para la que no estaban preparados.
«Hay personas que creen que no saben lo que prefieren, pero no es cierto, siempre hay algo que prefieren»
Lo primero que se activa cuando sus emociones se ven afectadas negativamente por la incertidumbre y la inseguridad es la ansiedad, la desmotivación e, incluso, hasta pueden llegar a tener estados depresivos. «Es entonces cuando empiezan a sentir en su cuerpo sensaciones raras y desagradables que no saben interpretar ni manejar porque nunca antes las habían notado. Enseguida lo asocian con enfermedad», asegura Ángel Peralbo, psicólogo y coordinador de ¿Qué hago con mi vida?
Explica que llegados a este punto, hay una serie de pautas concretas que ayudan a rediseñar la hoja de ruta de los adolescentes porque todos necesitan un mapa a seguir. «Es importante ayudarles a identificar todas esas emociones que están experimentando y darles las herramientas para motivarles y que vuelvan a tomar las riendas. Para ello necesitan, entre otras estrategias, planificación, control, perseverancia, paciencia, autoconfianza...».
Este experto añade que la Psicología les puede ayudar. « Acuden a estos profesionales porque ya no tienen tanto tabú y no sienten miedo por visitarles, cuentan con mayor información y saben que pueden encontrar orientación para salir de su situación. Por eso dan el paso. Saben que están en un entorno no medicalizado que les ofrece pautas que deben poner en práctica para acabar con su ansiedad, pero también para que les coloque de nuevo en un punto de partida para saber tomar decisiones».
Para salir de su encrucijada, el joven debe analizarse, conocerse bien a sí mismo, definir sus fortalezas, pero también sus debilidades «porque de los errores se aprende, y mucho, por lo que hay que valorarlos como oportunidades de aprendizaje. Mirar para otro lado cuando se avecinan cambios no servirá para impedir lo inevitable. Hay que ser valientes y afrontarlo, estudiar todas las opciones que se le presentan a uno y tener claro que los temores iniciales irán desapareciendo según se va avanzando».
Este proceso de cambio puede llevar algo de tiempo que dependerá de que no haya patologías previas y del punto de partida en el que comience las sesiones de orientación. «Lo que sí es cierto, es que el joven podrá experimentar en cada sesión una mejoría , un cambio, respuestas, lo que le motivará aún más a continuar en su empeño de mejora. Le impulsará a la acción porque será capaz de tomar decisiones. Se dará cuenta de que la mayoría de los recursos que necesita están dentro de él y que pueden salir adelante porque, fundamentalmente a estas edades, hay mucha intencionalidad. Tienen el motor necesario para el cambio».
Para conseguir motivación es necesario empezar por objetivos realistas que se logran a través de mensajes positivos. El primer paso para tomar decisiones consiste —según Peralbo— en la aceptación. Si hay muchas opciones hay que elegir, y toda elección supone una pérdida o renuncia. Si un joven no asume esto se sentirá frustrado porque, elija lo que elija, seguirá pensando si la opción que escogió es la mejor.
No darle más vueltas
Una vez tomada la decisión, « asumiremos la que en el momento consideramos que era la mejor y no le daremos más vueltas . A veces es más fácil elegir entre dos pares de zapatos que entre un abanico de 20 pares. Es interesante hacer un listado de argumentos a favor y en contra de la decisión. La mayoría de las ocasiones se opta por una decisión por motivos emocionales; es decir, por aquello que nos ilusiona más o por una corazonada. La clave es asumir que ninguna opción es óptima o ideal, y pensar que cualquier opción es válida y tendrá cosas mejores y peores. Pocas decisiones tendrán consecuencias irreversibles o graves. Y, si las tienen, más vale equivocarse por haber actuado que no cometer nunca ningún error por no exponerte al riesgo de tomar decisiones, de actuar, de responsabilizarte de tus actos. En definitiva, por no asumir el riesgo que entraña vivir. Esto ayudará a no alargar demasiado nuestra toma de decisiones».
Peralbo también insiste en la necesidad de confiar en uno mismo porque hay personas que creen que no saben lo que prefieren, pero no es cierto, siempre hay algo que prefieren. «Esto sucede cuando se siente uno inseguro o teme equivocarse. Hay que hacer el ejercicio de escucharse a uno mismo. También es importante no compararse con los demás».
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