SEMANA DE LA MODA DE PARÍS
París se escandaliza con el humo
Louis Vuitton reivindica el cigarrillo que Kate Moss se fumó sobre la pasarela como complemento a la teatralidad de la «femme fatale» que presentó Marc Jacobs
AMAIA ODRIOZOLA
La moda siempre ha sido un vehículo de expresión, de creatividad y también de revolución. Más allá de diseñar un vestido o un bolso, lo que los diseñadores presentan durante las semanas de la moda es su particular manera de ver a la mujer y ... al mundo. Como en cualquier otro arte, la moda tiene una intención.
Ayer la firma Louis Vuitton cerró la pasarela parisina con un desfile fetichista y provocador , en que las modelos paseaban por un supuesto hall de hotel. La guinda del desfile fue la reaparición de la icónica Kate Moss en pasarela, enfundada en unos minishorts, con un body en cuero troquelado negro con mangas de pelo rizado, guantes de piel, sandalias de taconazo y cocodrilo, y una máscara de diamantes como tocado. Hasta ahí todo bien. La polémica ha saltado con el toque final de Moss: un cigarrillo (encendido y de verdad) en la mano.
Mientras Moss fumaba por la pasarela, en la primera fila la miraban con los ojos como platos. ¿Cigarrillo post coito? ¿Ansiedad por el lujo? ¿O vicio puro y duro? Las primeras
Fumar no es sano, pero tampoco políticamente correcto
críticas no han tardado en saltar: fumar no es sano, pero tampoco políticamente correcto. A diferencia de los pases de moda de hace medio siglo (cuando fumar estaba más extendido y las mujeres se tapaban más), ahora lo que escandaliza es la nicotina, no la recreación de un universo sexual.
El cigarrillo de Moss fue una licencia programada por la casa de moda, que pretendía complementar sobre la pasarela la teatralidad del tema de la «femme fatale» que inspiró la colección de Marc Jacobs. «Estaba programado, y no fue una provocación» , señaló a Efe un portavoz de Louis Vuitton que aseguró que «todo el mundo comprendió que formaba parte de la puesta en escena» de la colección de la firma de complementos.
Lo cierto es que el retorno a las pasarelas de Moss, a los 37 años y tras sus sonados escándalos por consumo de cocaína, no dejó indiferente a nadie. Una vez más. No por su «comeback» a las pasarelas de París diez años después, ni por la narración de Jacobs, que sedujo en el corazón de la Ciudad de la Luz con una propuesta que bebe de la pornografía de los años cuarenta del pasado siglo para recrear un universo lascivo con una mujer descarada e imponente como protagonista. Sino por el humo.
La colección y la aparición de Moss, cigarrillo en boca, volvió casi invisible a la ex supermodelo Naomi Campbell , que también cedió su cuerpo a los diseños de Jacobs. El neoyorquino la atavió con
Kate Moss, cigarrillo en boca, eclipsó a Naomi Cambell
una gorra militar que recordaba a Charlotte Rampling en la provocadora cinta "El portero de noche" de Liliana Cavani, con chaleco oscuro rematado con un cuello blanco, falda color arena y botas negras altas rematadas con cordones.
La propuesta de Louis Vuitton, uno de los desfiles que cerró en París la semana de la moda Prêt-à-Porter para el otoño-invierno 2011-2012, no se libró de la polémica.
El viaje de Jacobs a las intrigas sexuales del pasado con referencias a la sexualidad explícita y al sadomasoquismo , con una propuesta artística trabajada y aplaudida por la crítica, consiguió olvidar por un momento el escándalo protagonizado por su ya ex colega en el grupo LVMH, John Galliano
El diseñador, al que se supone recuperándose de su problema con el alcohol en una clínica en Arizona, fue despedido fulminantemente de la casa Christian Dior tras la difusión de un vídeo en el que, borracho, declaraba su amor por Hitler y dos denuncias por injurias racistas.
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